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Más de un seguidor de Sugarless se tiene que haber quedado de piedra. Ahora aparece su cantante dandole a la rumba y mestizando sonidos como si un de un Manu Chao cualquiera se tratara. ¡Glup!. 
Lo peor de este disco no está contenido en sus canciones, ni tan siquiera en su carpetilla. Lo peor de este disco es la forma en la que están tratando algunos medios su publicación, con expresiones como "una mezcla de estilos que nadie ha combinado antes tan descaradamente" o la "requetemanida" supuesta invención de un nuevo el estilo: "el rumbatón".
Dejando al margen este tipo cosas, que son mitad trucos de mercadotecnia del sello y mitad incultura musical de los medios de comunicación, nosotros lo hemos escuchado y valorado como hacemos siempre, teniendo en cuenta solamente criterios musicales y conociendo el contexto en el que se edita.
Así, este disco no es una mezcla original de estilos. Muchos otros grupos se han movido en coordenadas similares (por citar tres ejemplos, aunque se nos ocurren tres mil: Manu Chao, Los Fabulosos Cádillac, La Kinky Beat). Y lo del "rumbatón" (mestizaje de rumba y reggaeton) no es más que un elemento casual y totalmente secundario en el conjunto del disco.
Pero lo cierto es que este álbum nos ha gustado...
Empecemos por el contexto del disco... Huecco es el nuevo proyecto musical de Ivahn, quien fue el cantante de Sugarless, un grupo de rap-metal que logró cierta repercusión (importante si lo miramos a escala underground) en los últimos años, con un repertorio en el que combinaban letras con mensaje, metal potente y suficiente personalidad para no caer en los clichés del nu-metal.
En la última etapa de Sugarless, tras la publicación de "Vertigo", surgieron los problemas y tras algunos avatares terminó disolviéndose el grupo.
A partir de aquí Ivanh se dedicó a viajar por el continente americano. Durante un periodo de tiempo estuvo viviendo el Los Ángeles, donde recibía clases de canto. Allí la casualidad le llevó a entregar una maqueta a una televisión hispana, que gustó a uno de los jefes y a partir de ahí fueron surgiendo una cascada de oportunidades que finalmente le ha llevado a registrar este álbum para Warner, que está recibiendo un apoyo promocional muy fuerte.
El contenido del disco son doce canciones de orientación mestiza, con un indudable gancho comercial y donde el mayor acierto es que ha combinado esa fácil accesibilidad, con la potencia, la fuerza y el compromiso que ya había desplegado al frente de Sugarless.
Dicen por ahí, lo de los foros de Internet es tremendo, que se ha vendido... Pero el caso es que sus letras están llenas de letras comprometidas (el imperialismo, la injusticia...), si bien también miran a la vida, al amor y la ilusión de soñar.
En cuanto a la música... el gancho esta en los sonidos latinos (rumba, tango, corrido mexicano), pero tiene derivaciones por otros muchos estilos (Hip Hop, reggae, hardcore) y además tienen unos arranques radical-metaleros que recuerdan inmediatamente a Sugarless.
En todo caso, lo que hace bueno a este disco es que todos esos elementos están fundidos con talento y clase. De forma que el resultado son verdaderas canciones que funcionan como unidades (no como suma de retazos), con buenos estribillos, estrofas con letras que dicen cosas (además interesantes) y con una energía desbordante, que transmite con evidencia que el cantante siente muy dentro la música que ofrece.
También daremos unos datos adicionales importantes (aunque para nosotros siempre menos que las canciones)... decir que para este álbum Ivanh ha contado con un equipo de excepción... al frente el productor K.C. Porter, a su lado músicos profesionales de impresionante currículum (han colaborado con Rolling Stones, BB King, Eric Clapton, Madonna, etc..) y en las mezclas Tom Russo (System of a Down, Audislave, Juanes, etc.). El resultado técnico es que el sonido del disco es excelente y las interpretaciones instrumentales también lo son.
En definitiva, un disco de música mestiza, lleno de gancho comercial, pero también de mensaje, donde lo mejor es que las canciones son buenas. Y al final eso es lo que importa.
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