Un espectáculo el de Gogol Bordello, digno de ver sea cual sean tus gustos musicales, en el que solo existe un requisito: querer pasárselo bien.
La capital gallega nos recibía bajo una noche de perros y un sorprendente sold out en las taquillas de la sala Capitol que no hacía mas que confirmar mis sospechas de que la carrera hacia la cumbre de los Ucranianos de Lower East Side (NYC), parece imparable.
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