Bastaron un par de estrofas con esa voz dolorosamente aguardentosa y un puñado de canciones que te llevan persiguiendo toda una vida, para que el pelo se me erizase como antaño. Tener en frente de nuevo a este hombre en un estado de forma admirable, fue un auténtico lujo.
Parece mentira pero han pasado ya diez años desde la primera vez que pude ver a este gran hombre en el Teatro Bretón de Salamanca, en el marco del tour de presentación de “Field Songs”. Se trataba de un concierto eléctrico con una banda de lujo entre la que se encontraba el fantástico guitarrista y compo (Más..)