Ha llegado el momento que muchos esperaban con ansia: los ecostraightedgemetalwarriors Earth Crisis han pasado a mejor vida después de una larga y controvertida carrera en la que, debido a su concepción extrema del Straight Edge y a sus cambios de discográfica, se han visto rodeados casi continuamente de polémica.
Dejando de lado consideraciones personales sobre ellos que no viene al caso mencionar, lo cierto es que la repercusión que han obtenido sobre la escena Hardcore ha sido bastante grande, y dado que tanto ellos como los de Victory son conscientes de la importancia que el grupo ha tenido para mucha gente, aprovechan para editar un disco con el que se despiden de los fans agradeciéndoles su apoyo. Hasta ahí la versión oficial. Sin embargo, en la no autorizada, la que a nosotros de verdad nos interesa, la realidad nos hace ver que este disco, y perdónenme la expresión, es una mierda que apesta a estafa, una maniobra mercantilista con la que se intenta, a base de sobrantes de estudio y material de segunda categoría, sacar un poco más de pasta a la congregación. No creo que haya que ser excesivamente observador para darse cuenta del tipo de negocio que Tony Brummel se tiene montado con Victory. ¿O es que ya nadie recuerda cómo se cerró el ciclo vital de Strife? Con “Truth Through Defiance”, una pobrísima recopilación de rarezas y directos que no convenció ni a los más acérrimos, cuyo bajísimo coste de producción hizo, a pesar de las discretas ventas, engordar el activo de la empresa. ¿Y cuando Earth Crisis decidieron dar el salto a Roadrunner? Se mosquearon con ellos: les habían apoyado desde el principio y ahora les abandonaban por una multinacional, habían traicionado el espíritu del Hardcore… pero eso no les impidió embolsarse unos cuantos dólares gracias a “The Oath That Keeps Me Free”, un directo de despedida. Claro que a los Crisis no les fue bien con Roadrunner, y cuando dejaron de formar parte del sello, ¿quién estaba ahí para recuperar a uno de sus grupos más vendedores? Pues Mr. Brummel y compañía; se ve que la posibilidad de repetir un pelotazo tipo “Gomorrah’s Season Ends” hizo que se les pasara el cabreo. Podría continuar con los ejemplos (la distribución exclusiva, los altísimos precios de sus CD’s y Lp’s, su política de fichajes…) pero creo que los mencionados describen con bastante claridad el tipo de política que se sigue en esta empresa: conseguir una banda, promocionarla, convertirla en un producto y, si las ventas acompañan, exprimirla hasta los tuétanos. Así de triste y así de claro. Ya está bien de que nos vendan la moto con la disculpa del Hardcore, ha llegado la hora de llamar a las cosas por su nombre.
La verdad es que a estas alturas no tengo demasiadas ganas de escribir sobre este disco, que espero se pudra en ciertas estanterias, pero habrá que decir algo, así que allá va. Un tema original y seis versiones (Stones, Slayer, DYS, Zeppelin, Kennedys y Black Sabbath) grabadas a finales del 2000; el resto hasta completar once cortes son sesiones de 1996, con un par de inéditas y dos temas de recopilaciones (entre ellas un tributo a Misfits). Las versiones son de vergüenza ajena exceptuando “Children Of The Grave” y “Hell Awaits Intro”, más o menos correctas, y los temas propios siguen en su línea habitual, que si no sabéis de qué va ya os lo explico yo: cinco Straight Edges integristas tocando Metal Hardcore garrulero de la peor calaña, con múltiples influencias chungas y un cantante que se deja las amígdalas en cada tema. Flojísimo.
Comentario: Jorge X
(Fecha de la publicación: 11/09/2001)
