Actuación celebrada en la sala Azkena, con el ex-lider del grupo Sunny Day Real State haciendo sentir a los presentes la pasión que inyecta a sus canciones.
Que vivimos en un mundo injusto es algo que queda claro sólo con levantar la cabeza y echar un vistazo alrededor. Tener la posibilidad de ver a Jeremy Enigk en una sala de las dimensiones del Azkena es todo un lujo, pero también es una muestra más de lo retorcida y odiosa que puede llegar a ser la industria musical. Para el que no conozca los logros del Señor Enigk simplemente diré que mediados los 90, como líder de Sunny Day Real State, redefinió el rock más emocional con su primer álbum “Diary”. Un disco que se vio eclipsado por los de otras bandas de Seattle, como Nirvana o Pearl Jam, y que no tuvo la repercusión a nivel comercial que realmente merecía.
Tras su andadura con Sunny Day, Jeremy Enigk sacó un disco en solitario y otro como The Fire Theft (junto a dos ex-Sunny Day, Goldsmith y Mendel). En esta ocasión, se acercaba a nuestro país para presentar su segundo álbum en solitario, “World Waits”, y se rodeó, ni más ni menos, que de la banda barcelonesa Madee, unos sucesores más que dignos del legado de Sunny Day. Los catalanes ejercieron de teloneros y además acompañaron a Jeremy como banda de directo.
Madee dieron un concierto corto, pero intenso. Recuperaron temas de sus tres discos y cayeron “Impulsor” del “Songs from Cydonia”, “Clumsy”, “It´s a wonderful lie” y “S´ba” de su segundo album “Secret Chamber” y “Orion´s Belt” y “Mintaka” de “Orion´s Belt”. Nos quedamos con ganas de más, pero contentos. Por lo menos prometieron volver pronto y con nuevo disco bajo el brazo.
Y llegó el turno de Jeremy Enigk. Desde el comienzo del concierto hubo una conexión increíble entre público y músicos. Durante la hora y media larga, Jeremy desgranó sus dos disco en solitario casi en su totalidad. En la primera parte del concierto recordó su album debut, “Return of the Frog Queen”, tocando “Abegail Anne”, “carnaval”, “Explain” y “Lewis Hollow”. El primer gran momento de la noche llegó con “Cannons”, tocada al piano sin ningún acompañamiento más que su propia voz. Un tema que a más de uno nos puso los pelos de punta. La voz de Jeremy alcanza todos los tonos del disco, clava cada canción y, además de esa perfección técnica, llega a emocionar con cada nota.
A partir de ahí, fue alternando canciones con guitarra acústica, piano o con la banda al completo. En esta segunda parte, empezaron a caer los temas de su último disco. “River To Sea”, “Damien Dreams” y “Dare A Smile” fueron las siguientes, para dejar paso a “Shade And The Black Hat” del primer disco, sin duda el tema más intenso del concierto, con un subidón final impresionante.
Tras ese final apoteósico, la banda se despidió y se retiró a los camerinos. Y aquí llegó lo bueno. Ni una persona del público se movió de su sitio. Todos pidieron la vuelta de Jeremy al escenario y lo consiguieron. Salió y tocó dos temas más, “How it feels to be something on” de los añorados Zuñí Day y “Explain”, para abandonar de nuevo el escenario… pero de allí no se movió ni un alma. Aplausos continuos y gritos pidiendo más hicieron que Jeremy volviera a salir de nuevo, claramente emocionado por la actitud de la gente. Al piano versioneó a John Lennon y su canción “Mother”. Ahí acabó una noche mágica que tardaremos en olvidar.
Sin duda, uno de los mejores conciertos de los que he podido disfrutar en toda mi vida. Todo gracias a una persona que desprende talento y humildad por los cuatro costados. Un MÚSICO que siente y que te hace sentir con su música. Jeremy Enigk, señores.
No te pierdas la galería fotográfica: “Jeremy Enigk + Madee: Concierto en Bilbao – 24/02/2007”.
