Jorge Ilegal y los Magníficos: Jorge Ilegal y Los Magníficos

Jorge Ilegal y los Magníficos: Jorge Ilegal y Los Magníficos
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El líder de Los Ilegales da un giro sorprendente a su carrera musical y se vuelca en los boleros y las música no anglosajonas previas al rock.

Los Ilegales son una de las bandas que más huella ha dejado en la historia de nuestro rock. Su personalidad trascendió cualquier estilo y lograron ser punk con un sonido que para nada era punk. También mantener un prestigio de ser auténticamente rockeros, en aquellos años en que “ser auténtico” era algo que se tenía muy en cuenta, sin que fueran heavy, ni hardrockeros, ni puristas en nada e incluso tuvieran en muchas canciones un aire tan accesible que les acercaba al pop.

Al frente siempre estuvo Jorge Martínez, que cambió de músicos, evolucionó disco a disco, disfrutó de la vida con locura y logró ser un personaje entrañable, a pesar de su fama de saldar las disputas con un par de hostias bien dadas.

En los últimos años Los Ilegales estaban viviendo un momento muy dulce, con muchas actuaciones en directo y un gran éxito con la edición de una caja que contenía toda su discografía.

Sin embargo, justo en este momento álgido, que podrían haber explotado sin esfuerzo durante varios años, Jorge Martínez anunció que Los Ilegales pasaban a la nevera y se centraba en un nuevo grupo, Los Magníficos, que nada tendría que ver con el rock.

Los Magníficos llevaban existiendo varios años y en la mente de Jorge durante bastante tiempo se planteó como un proyecto paralelo a Los Ilegales, con las dos bandas coexistiendo y alternando actuaciones y grabaciones.

Pero finalmente se fue imponiendo una realidad… Los Magníficos apostaban por revindicar los estilos anteriores a la irrupción de la música anglosajona de nuestro país y eso significaba un tratamiento muy cuidado y “cambiar el chip” totalmente… simultanear los dos grupos lo abocaba al fracaso, pues la vena rockera probablemente se impondría en ambos proyectos.

Y así se anunció la disolución de Los Ilegales, que en realidad es una suspensión indefinida (pues Jorge no lo cierra la posibilidad de revitalizarlos en algún momento, aunque ve muy pocas posibilidades de que ocurra), y el comienzo de una nueva etapa en que se centra en Los Magníficos.

En esta nueva aventura se ha rodeado de dos músicos de los últimos Ilegales, el contrabajista Alejandro Blanco, y el batería Jaime Beláustegui, a los que se han sumado el saxofonista Juan Flores (que pasó hace años también por Los Ilegales) y el vibrafonista Xuan Zem.

Además, Jorge lleva un montón de años invirtiendo en instrumentos de época, que permitieran recrear aquellos sonidos con autenticidad y que se han utilizado para grabar el disco y se emplean para las actuaciones en directo.

Los estilos que el grupo practica, tanto en las actuaciones en directo como el repertorio de canciones incluidas en el álbum, son el bolero, el mambo, el chachachá, el joropo y el twist. Si bien está abierto a incluir más estilo, con ciertos límites: Martínez ha declarado que nunca entrarán “los pasodoble, el flamenquito y la odiosa rumba catalana” (revista electrónica Efe Eme: http://www.efeeme.com/84691/jorge-ilegal-y-los-magnificos-clases-de-arqu…).

Y la pretensión de fondo que tiene el artista con este proyecto, es revindicar los estilos musicales de las décadas de los 40 y los 50, que quedaron en suspenso tras la invasión anglosajona del rock y el pop. Estilos que él ve con grandes posibilidades expresivas y que considera maltratados a lo largo del tiempo, porque artistas horteras y orquesta de pega han pervertido esas canciones y esos géneros en directo, con bases pregrabadas y puestas en escena horribles.

Al fin, tras cierta expectación, el disco por fin se publicó el mes pasado, con  un título homónimo al del grupo, y sorprendiendo por el acierto con el que ha penetrado en estas lides musicales… Porque era fácil caer en lo chusco, lo vulgar o escorarse hacia el rock, consiguiendo un pastiche infumable… pero aquí tenemos un repertorio lustroso, que combina versiones de clásicos con composiciones propias de Jorge  Martínez, que no rechinan unas frente a otras. Además, aunque se pueda destacar el aire poéticos de los textos o lo bien que canta Jorge, su personalidad no queda barrida… el pulso punk sigue sintiéndose en el fondo… una metáfora, una inflexión de voz o una ligera pausa en el momento oportuno… su mala leche sigue ahí, presente. Sin pasar por alto algún coro, que entra por sorpresa (como en “Bésame mucho”), aportando ironía sin llegar a caer en lo chusco.

Los tratamientos musicales están muy cuidados y los sutiles arreglos de vibráfonos o los instrumentos de viento recrean con preciosismo aquellas viejas grabaciones que les sirven de inspiración.

En definitiva, un disco bonito, muy bonito, sorprendente, poético, sentimental y con un punto de picante. Muy recomendable.

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Este artículo fue publicado originalmente en La Factoría del Ritmo (sección: ).

Sobre los autores del artículo:

F-MHop
Jefe de redacción de La Factoría del Ritmo desde su fundación en 1995. Ha colaborado en diversas publicaciones musicales, entre las que se encuentran Rockdelux, Hip Hop Life, Hip Hop Nation, Serie B, Metali-k.o., Zona de Obras, Pulse! Latino o Astur Music. También ha hecho radio, colaborando con Onda Cero, Arco FM y Onda Verde Gijón. También fue beatmaker en el grupo Soul Dealers, practicantes de un Hip Hop combativo y comprometido.

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