Les vimos hace un año en la misma sala, presentando su álbum más reciente y sin embargo en esta ocasión lo hacían para ofrecer las canciones de un viejo disco, su álbum conceptual "The Crimsol Ido".
Apenas un año después de que los de Texas visitaran la Capitol presentándonos su última obra “Domination”, ya los teníamos nuevamente de vuelta en la capital gallega para disfrutar de esta gira en la que homenajean uno de sus mejores discos, sino el mejor, que hayan compuesto en los casi treinta años de historia de la banda.
Mucho se ha hablado de las curiosas manías de Blackie Lawless cuando toca en directo. Si el año pasado prohibió que se encendiera un solo pitillo en la sala, debido a sus problemas bronquíticos, en esta ocasión se la tomó con las cámaras y los buenos de los fotógrafos, que vieron minimizada su jornada laboral a sacar fotos en dos temas y cuando el concierto se acercaba a su fin. La respuesta a tal comportamiento solo se explica a una salida, posiblemente a finales de 2008, de un DVD de esta gira tan “especial”.
Con tan solo unas pocas y tenues luces avioletadas, saltaban a escena Blackie y los suyos. En el fondo del escenario una gran pantalla de cine que durante los cincuenta minutos que duró la interpretación de “The Crimson Idol” donde se proyectó una película que nos narraba la historia conceptual de dicho álbum.
Aquí radica el secreto de que durante la interpretación de “The Crimson Idol”, los seguratas se anduviesen muy al loro con las videocámaras, por si había algún piratilla suelto. También la escasa iluminación tenía su lógica, ya que se hace algo difícil ver a los músicos y el documental a la vez, y parece que Blackie dio más importancia a que le dedicáramos nuestra atención a la película bajo un sonido atronador, dicho sea de paso.
Unos bellos toques de guitarra clásica daban paso a “Titanic Overture” que no es sino la introducción para el primer gran tema de este disco, “The Invisible Boy”, donde ya se pudo apreciar desde un principio que los claros triunfadores del concierto iban a ser el batería Mike Dupke, que tocó con una contundencia digna de un álbum tan complicado en lo referente a la percusión, como es “The Crimson Idol” y por supuesto Doug Blair, que está cada vez más integrado en la banda, haciendo un trabajo soberbio a las seis cuerdas (o a las doce, ya que tocó la mayor parte del show con una guitarra de doble mástil) a parte de marcarse unos solos que harían palidecer al mismísimo Chris Holmes, logrando que casi nadie se acuerde de este pilar básico de la historia de W.A.S.P. y que junto a Blackie Lawless formaban un dueto de degenerados mentales, difícilmente superables por aquel entonces.
“The Crimsol Idol” posee, tres de los temas que siempre son fijos en un set-list de W.A.S.P, y que la peña disfruta plenamente. Dos de ellos serían los siguientes en caer: la clásica “Arena Of Pleasure” y la cañera “Chainsaw Charlie (Murder In The Rue Morgue)” que realmente provoca la histeria colectiva, desde los iniciales sonidos de sierra mecánica hasta ese estribillo tan pegadizo y maníaco. Decir que en este temas pudimos ver la parte de la película más gore y sangrienta, provocando que en ocasiones llegara a apartar la vista de la pantalla.
El otro tema que todo el mundo espera con impaciencia es el aclamado “The Idol”, para muchos el mejor tema que W.A.S.P. han compuesto y aunque siempre es una suerte poder escucharlo en directo, quedé mucho más sorprendido con la larga y que da el broche final a esta primera parte del show, “The Great Misconceptions On Me” y que realmente me puso la piel de gallina, donde nuevamente tengo que recalcar el trabajo sencillamente genial de Doug Blair con su guitarra.
Hasta ahora no he dicho nada de Blackie Lawless y es que el “chico” estuvo muy metido en el papel de interpretar su papel de cantante y he de reconocer que aunque en los primeros temas no se le escuchaba demasiado debido a la montaña de sonido que levantaban Doug Blair y el bajista Mike Duda, una vez restablecido esto, pudimos disfrutar de la voz de Blackie Lawless que se mantuvo entera y en plena forma durante todo el concierto, aunque para mi esa voz tan característicamente añeja y chirriante no es santo de mi devoción.
Quizá el papel de interpretar este álbum entero restó intensidad en cuanto al espectáculo que siempre ofrece Blackie, y esta faceta quedó relegada a los cinco temas que tocaron, ahora sí, con las luces a pleno rendimiento y donde podíamos ver a todos los músicos claramente, lo que incrementó en mayor medida la pasión de los fans..
Tampoco he comentado nada sobre la película, porque como tal no estaría bien contarla, pero invito a que os pilléis las letras del disco y “disfrutéis” con la tan cruenta historia que le ha tocado vivir a un rock-star… toda una declaración de principios y curiosa manera de vivir una vida.
La segunda parte del show no fue tal, ya que W.A.S.P. interpretaron un tema de su último disco, un medio tiempo que se titula “Take Me Up” y los clásicos bises con los que siempre finalizan sus shows, caso de “Wild Child”, mi preferida “L.O.V.E. Machine”, con la que siempre me vuelvo loco y las imperecederas “I Wana Be Somebody” y “Blind In Texas”, dos auténticos mazazos en la cara y con los que la peña no deja de levantar cuernos al aire.
De acuerdo, son unos bises de lujo, no lo niego, pero los asistentes al concierto nos quedamos con ganas de más y alguno se preguntaba ¿esto es todo?, ¿ya está?… y es que la interpretación de “The Crimson Idol” se pasó muy rápida y cinco canciones cuya media de duración no sobrepasa los cuatro minutos, ya me contareis… pero bueno así es Blackie Lawless y así será por siempre.
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