Avalanch: Los poetas han muerto

Avalanch: Los poetas han muerto
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    Parecía imposible que el grupo asturiano pudiese alcanzar la calidad que supuso “El ángel caído”, sobre todo después de los incesantes cambios de formación que ha sufrido la banda, sin embargo este nuevo disco demuestra que se encuentran en un momento óptimo que esperamos continúe durante muchos años y muchos discos.

    En “Los poetas han muerto” vuelven a sentar cátedra dentro del metal español, añadiendo elementos poco ortodoxos en el genero tales como instrumentos y cantos árabes, buzukis irlandeses, etc…amén de la peculiar voz de Ramón que, aunque en un principio se antoja similar a la de Víctor García, se pueden observar en ella matices melódicos muy interesantes aunque quizás menos heavys, pero musicalmente hablando Albero Rionda no ha errado en su elección.

    Por lo demás, cabe apuntar la excelente labor de composición y producción de Alberto Rionda (hombre apegado al trabajo donde los haya), que gusta de contar con buenas colaboraciones: André Matos cede su voz en “Del cielo a la tierra” y “Madre tierra”, y una nueva y preciosa portada del aragonés Luís Royo con su clásica tía buena que espero acompañe en lo sucesivo a todas las portadas de Avalanch.

    El disco consta de 10 magníficos temas de power metal melódico-progresivo de entre los cuales no hay ninguno que desmerezca (cosa rara en un disco de heavy metal). Se trata de canciones muy variadas donde destaca la gran elaboración de los medios tiempos y la voz de Ramón.

    “Los poetas han muerto” se compone de los siguientes temas: “Alborada”, una balada de amor (que nunca puede faltar en un disco heavy), “Jamás” es el cuarto corte con caracteres del heavy metal más clásico, “Madre tierra”, una canción bastante cañera con partes cantadas en árabe (Jbara) y en portugués (André Matos), “Ecos de vida”, otra gran balada con predominio de los teclados, las acústicas y la melosa voz de Ramón.”Lucero”, una hermosa letra, con una entrada de buzuki a cargo de Igor Medio (Felpeyu) y un excelente solo de guitarra.”Niño” es destacable por su medio tiempo de piano y un estribillo donde Ramón muestra lo que es capaz de hacer. “Del cielo a la tierra” consta de un estribillo a cargo de André Matos y se trata de un tema que muestra la cara más progresiva de Avalanch. “Cien veces”, segundo corte del disco, muy acorde con el sonido clásico de Avalanch acompañado en ocasiones por instrumentos árabes.

    “El viejo torreón” tiene una letra bastante cuidada aunque muy deprimente, con un trepidante sólo de guitarra y al final del tema aparecen unos coros dignos del mejor grupo de AOR.

Comentario: Dario Suerio
(Fecha de la publicación: 15/05/2003)

Este artículo fue publicado originalmente en La Factoría del Ritmo (sección: ).

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