El grupo Chess ha lanzado recientemente su álbum debut.
“Victoria” (editado en Octubre de 2011) supone el debut discográfico de Chess. La propuesta inicial de esta banda multinacional responde al deseo de ofrecer un concepto totalmente innovador dentro del panorama musical actual.
Concebido no de forma aislada, sino como una primera entrega perteneciente a una trilogía musical. Lo que hace interesante y atractivo este trabajo es el hecho de que sus temas se pueden escuchar de forma totalmente independiente, pero en su conjunto suponen la narración de una historia gráfica creada por Charlie Joss (autor del comic book). Así pues, “Victoria” no es sólo un disco, sino la primera entrega de un proyecto que integra diversas disciplinas artísticas, teniendo como objetivo final la creación de un gran musical. El oyente que se acerca por primera vez a sus canciones puede comprobar de inmediato que la heterogeneidad es la seña de identidad de la obra. Cada canción posee su propia atmósfera y no responde a un solo género, sino que explora muy diferentes estilos musicales. Los integrantes de Chess poseen su “alter ego” fantástico, siendo cada uno de ellos personajes protagonistas de un relato musicalizado por la propia banda.
Todos los miembros son cantantes y las múltiples armonías vocales presentes en el álbum son uno de los principales distintivos de su sonido. Cada miembro escribe su propio material y se encarga de arreglar también las canciones de otros miembros del grupo, sin importar el instrumento o aspecto que se esté tratando. La integración de cada aporte individual supone la creación de un sonido global y único.
El grueso del material está escrito por Charlie Joss. Los demás miembros aportan un tema cada uno al álbum, además de alguna coautoría.
El disco ha sigo grabado prácticamente en su totalidad en los Estudios Tigruss de Gandía (Valencia, España), contando con Pepe “The Dog” como ingeniero de sonido y con Charlie Joss encargado de la producción artística. La única excepción es un tema llamado “Saudade”, grabado en Elche (Alicante, España) en el estudio de Rafa Díaz, un buen amigo de la banda.
“Victoria” cuenta con colaboraciones. Loli Ramírez (esposa de Joshua, guitarra) es la voz principal (junto con Charlie) en “Oh Daniela”, tema del que también es coautora. Loli también canta en “Saudade”. Rafa Faust es coautor de “Saudade” y pone su voz en el tema, además de ayudar de forma activa en el diseño del arte del álbum. Deberíamos citar también a Ángel Castellanos, encargado de las fotografías de la banda que contiene el libreto del álbum. Del mismo modo, Guille Nardi y Pamela Maxim han colaborado para dar forma a la estética de la banda en cuestiones de peluquería y maquillaje.
Charlie, Chris, Nick, Joshua y Juanma… Cinco músicos con muy diferentes influencias musicales y que juntos han dado forma a un proyecto ambicioso. Chess se aleja de los conceptos tradicionales de una banda de rock. No importa si Charlie se encarga de grabar la batería en algunos temas del álbum o que Joshua deje de lado su guitarra en alguna canción o que Juanma se haga cargo de la voz en un tema. Todos y cada uno de los miembros de la banda persiguen únicamente el mejor resultado final posible, huyendo de cualquier convencionalismo o dictado musical. No se trata de cada uno de los miembros, sino de la suma total y el resultado que produce. Así pues, Chess se presenta como una apuesta decidida por la originalidad, por la música de calidad, sin tener en cuenta modas ni modelos. Tal vez la opción que mucho público pueda llevar demandando desde hace mucho tiempo.
“Victoria” está compuesto por 14 cortes. El álbum comienza con “Chessiture”, una intro grandilocuente que supone una declaración de intenciones, dando paso a “”Victoria””, canción que da título al álbum y que pone de manifiesto toda la energía rockera que posee la banda, sin descuidar en absoluto unas melodías muy cuidadas, pero llenas de fuerza.
“Lemon Heaven” es, sin duda, una de las canciones más particulares del álbum (y la primera que la banda comenzó a trabajar para el disco). Posee cierto aire onírico y (por qué no decirlo) una sofisticación que la hace muy especial. Con ella, el disco comienza a mostrar la complejidad de la propuesta.
El cuarto corte se titula “The Best Of Me”, una preciosa balada con una poderosísima (y muy honesta) letra. La banda se mueve en un groove muy sensual en las estrofas para dar paso a unos estribillos más desgarrados e intensos. Es el tema de mayor duración del álbum.
“Faith” se presenta de forma sorprendente con unos coros grandiosos, capaces de evocar la solemnidad del interior de una gran catedral. Un tema que supuso la primera aportación de un miembro de la banda que no fuera Charlie (Nick Nedelciuc es el autor de la música de esta canción). Posee todos los elementos del sonido Chess. La letra supone una feroz crítica religiosa, pero no gratuita, sino orientada a abrir las mentes de los oyentes. La música posee una curiosa estructura, pasando del “quasi” gregoriano al tango, terminando con el funk. Una canción muy poderosa.
El track número 6 es “Limited Company”, tema escrito por Charlie Joss y que se caracteriza por combinar un fuerte contenido nostálgico en su lírica y un tono musical de lo más optimista y animado. Perfecta para escuchar en una mañana soleada mientras uno se acuerda de algo que añora y que no tiene cerca en ese momento, pero sintiendo la energía de una buena compañía cercana. El tema cuenta con percusiones, además.
“Oh Daniela” es una historia aparte. Escrita por Joshua García y su mujer, Loli Ramírez (voz principal del tema). Es una nana dedicada a Daniela (su pequeña hija). Posee toda la dulzura de un tema escrito en esas circunstancias. Una hermosa canción en la que la voz de Loli brilla junto con las guitarras acústicas de Joshua. El cierre perfecto de lo que sería una cara A en un lp tradicional.
Así mismo, “The Only One” es el corte ideal para pinchar la segunda cara de un vinilo. Tema escrito por Christian Lehane. Uno de los temás más enérgicos del disco. Una de sus peculiaridades responde al hecho de poseer una estrofa muy enérgica que desemboca en un estribillo mucho más sosegado y acústico, más melódico. Su parte central posee uno de los solos de guitarra más increíbles de todo el álbum.
“Killing Ourselves” es el primer single de “Victoria”. Una canción que una vez escuchada es imposible sacar de la cabeza. Su aire country al inicio y un estribillo de lo más pegadizo hacen que sea imposible reprimir las ganas de cantarla a pleno pulmón. Su parte central es una “frivolité” electrónica que da un giro inesperado e innovador a la canción. Un tema perfecto para escuchar en la radio y corear en directo junto a toda la banda.
“Fat Bastard” es un tema coescrito por Charlie Joss y Matthew Williams. La mejor forma de definirla sería diciendo que es un “punk a la Chess”. La letra es muy divertida e irónica, atrevida si se quiere. La banda descarga toda su energía rock en este corte, que supone un auténtico bombazo en directo.
“So Much Better Now” entra tras “Fat Bastard” de forma sorprendente, nada predecible. Un medio tiempo escrito y cantado por Juanma Aznar, con un color “radio A.M.” debido al efecto en la voz y el clima de su melodía vocal.
“Saudade” es una de esas “rarezas” musicales muy poco comunes. Coescrita por Charlie Joss y Rafael Faust, se mueve en el terreno de la bossa nova de forma nada convencional. Las voces conforman en su conjunto una preciosa armonía vocal que puede ser tarareada con el único acompañamiento de una guitarra, resultando perfecta de ese modo también.
Los dos últimos temas del disco son “The Power Of Man” y “So Long”, ambos coescritos por Charlie Joss y Damián Shine. La primera es una pieza orquestal al más puro estilo del musical clásico. Única canción del disco sin guitarras (en estudio, al menos), para ceder el protagonismo a la melodía y las múltiples armonías de las voces, junto con ese poder de los arreglos orquestales. Una letra con un fuerte contenido emocional y de mensaje casi profético. “The Power Of Man” es capaz de evocar grandes bandas sonoras del cine, posee ese aire de celuloide, de gran producción.
Finalmente, con “So Long” nos subimos en el tren que nos lleva al final del camino (de momento). Su obsesiva línea de bajo marca ese viaje. Una canción despedida que nos deja con ese tren marchándose hacia la siguiente estación en el viaje de Chess. Pero eso ya es otra historia. ¿Se atreve a subir?…
