El Cabrero: El rayo que no cesa

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Observaciones: Fotos por Dani Fernández, David Palacín, Juan Pablo de Reda y Lázaro Castillo, por cortesía de El Cabrero.

Hemos tenido el honor de conversar con esta enorme figura de La Música, así, con mayúsculas, que sigue mostrando en los escenarios tres especies en peligro de extinción: la clase, la intensidad y el compromiso. En su espectáculo Voces en resistencia, se acompaña de Zapata que, a ritmo de rock andaluz, pone música a grandes poetas. Si no te gusta el flamenco, no te lo pierdas.

Si eres aficionado al flamenco, puedes pasar directamente a la entrevista. Si no es ese tu caso, olvida los prejuicios que tengas sobre ese estilo, sus intérpretes y su público. Seguramente hayas pasado muchas horas escuchando rock, punk, blues o cualquier otra manifestación de rabia ante lo que le ha tocado vivir a tu ídolo de turno. En el flamenco saben mucho de eso, te lo aseguro. El Cabrero es un superviviente de esa depurada tradición, ya desaparecida, en la que el arte de expresar las cosas se aprendía con calma, poco a poco, pero con la obstinación de que, en tu espacio, tú y los tuyos sois grandes. Y el espacio de El Cabrero es el de las sierras que recorre con sus cabras, donde lleva más de cuarenta años dándole vueltas a qué cosas son las que importan y cómo reflejarlas en esas formas musicales que escuchó desde niño. En noviembre de 2.016 tenemos la suerte de contar con alguien que, como decía Paco Ibáñez, nos acaricie el alma y nos abra la puerta a una música maravillosa y adictiva. No desaprovechemos la oportunidad.

El CabreroLo primero de todo, Cabrero, quisiera preguntarte por las cabras. ¿Son buenos tiempos para ser cabrero?

Si tú supieras que los pequeños cabreros están desapareciendo. Se los han cargado, la leche al precio de hace más de veinte años y los piensos por las nubes, las vereas usurpadas, campos y arroyos borrachos de química… Desde que tengo uso de razón, nunca han sido buenos tiempos pa los cabreros pero tan malos como ahora, nunca. Yo, con mi edad, sólo tengo una tropilla, porque, aunque sean pocas, sigo en la brecha y en lo que me gusta pero, si no fuera por el cante, no las podría tener porque, después de estar de la mañana a la noche con ellas, no se pagan ni lo que comen. Hay que ponerles dinero encima.

¿Tu cante sería igual si en lugar de cabrero hubieras sido, por ejemplo, taxista o panadero?

Bueno, en cuestiones de técnica cantaora, eco de voz, temperamento, afición (conocimiento de los estilos), siendo yo el mismo, con mis ideas y mi sentir, pues tendría que ser algo mu parecío lo que echara por la boca; puede que no le cantara al paisaje pero sí podría cantar Como el viento de poniente o los fandangos republicanos. Pero ni me imagino siendo otra cosa que cabrero.

¿Cómo te ves a tí mismo como artista? ¿Qué lugar consideras que ocupas en la sociedad actual?

Creo que, como cantaor, tengo un sitio. No ese en el que te ponen los mandamases de la cultura o la televisión, que sales dos veces y te ve todo el país. Lo mío han sido 44 años subiéndome a los escenarios con la suerte de que el público me ha respetado y nunca han dejado de seguirme. Estoy donde me ha puesto el público, un buen sitio, y estoy agradecido. En la sociedad, soy un ciudadano más, cuando no estoy de gira me levanto a las seis de la mañana para ordeñar y encierro las cabras al sol puesto. Intento ser útil, no ser un parásito y, al mismo tiempo, hago lo que me gusta.

El CabreroHáblanos de tu experiencia en el extranjero. ¿Cómo reacciona el público en tus actuaciones fuera de España?¿Hay proyectos para volver?

He cantao mucho en el extranjero, desde 1988. Ese año se estrenó un documental de la televisión francesa “El Cabrero: el canto de la Sierra”, le dieron premios y se emitió en cuarenta y tantos países (menos aquí). Desde entonces he hecho giras de hasta un mes seguido en Francia, Bélgica… también en EEUU estuve mes y pico invitado por Peter Gabriel; me llevó también a Cornwall y fue una buena experiencia, pero mucho tiempo alejado del campo. Me propusieron seguir y no quise. Ya no cojo aviones desde hace mucho, sólo viajo en tren así que sigo haciendo conciertos en Francia pero no giras de más una semana. Y el público reacciona con mucho calor, escuchan en silencio y luego aplauden to lo que quieren. Se siente uno querido y eso que no entienden las letras y yo canto lo mismo en París que en un festival flamenco tradicional de un pueblo andaluz: cante jondo puro y duro. Tengo propuestas para Francia en 2017 y puede que vuelva; me gusta mucho cantar allí. Es un hermoso país.

Siendo una gran figura del flamenco, es notorio tu éxito entre la audiencia del rock. A tus conciertos acude gente que no escucha habitualmente el estilo del que eres maestro. Supongo que esto se agradece pero ¿temes que no se aprecie esa seriedad que caracteriza al flamenco, que haya una apreciación superficial y la gente te considere un cliché cultural, una moda?

Bueno, el flamenco no es una fiesta pero tampoco una reunión de notarios ni un entierro. El flamenco es como la vida: dolor, ternura, rebeldía, pasión y también hay momentos para la fiesta y para el sentido del humor. Lo que no puedes es meter, en la tragedia de una seguiriya, o en lo solemne que es la soleá, un chascarrillo pero, quién te impide decir por fandangos, por ejemplo: “No me lo puedo creer / que hizo el mundo en siete días / porque un simple cuarto baño / se llevan los albañiles / semanas, meses y años”. Pues una tontería de estas se me ocurre a lo mejor cuando voy de camino y cuando llego al teatro las largo. Yo no concibo el flamenco sin libertad para cantar lo que quiera pero al arroz con leche no le pongas vinagre que eso no hay quien se lo coma. A mí siempre me ha seguido gente joven, pero desde hace unos años, por la colaboración que hice con Reincidentes y los Marea, que versionaron Como el viento de poniente, la gente del rock se ha interesado por mi música y yo veo que cuando canto por seguiriya les gusta. O sea, que no hace falta hacer algo distinto al Cante Jondo por derecho para atraer a los jóvenes hacia el flamenco.

El CabreroEs habitual la comparación entre el flamenco y el blues. A mí me parece que la comparación no se sostiene del todo, que el flamenco es más rico y expresa más que el blues, en los buenos momentos y en los malos. Teniendo, además, tus letras un alto componente de reivindicación social y política se te ha comparado con los grandes de la canción protesta norteamericana como Woody Guthrie. ¿Qué opinas de todo esto?¿Has escuchado algo de blues?

Yo, al flamenco, no lo puedo comparar y con eso no digo que sea lo mejor. Lo que yo llamo flamenco es una música con tanta personalidad y riqueza expresiva que no le encuentro comparación. Hay músicas, como el Mugham (música folclórica de Azerbaiyán: nota de La Factoría del ritmo), que tienen algún ramalazo que te recuerda lo nuestro, también alguna del Norte de la India. El blues no lo conozco lo suficiente para hablar de él, pero a veces he escuchado voces cantando blues que me han llegado al alma, puede que la actitud y la entrega del que canta sea la misma y también la misma queja pero musicalmente son tan diferentes como los paisajes y la gente donde nacieron. No podría opinar sobre lo de Woody Guthrie o Johnny Cash porque no sabía ni quienes eran hasta que Eduardo Izquierdo escribió su novela. A Bob Dylan sí lo conocía de nombre y haberlo escuchado alguna vez de refilón en la tele.

En tu último trabajo (Pastor de nubes, 2.011) firmas los temas a medias con tu mujer Elena Bermúdez. ¿Qué aporta cada uno?

El cante que le da título al disco, Pastor de nubes, la letra es de Elena y es preciosa. Desde siempre algunas las hace Elena, otras yo y a veces, a medias… Imagínate que queda un tema de Elena a medio terminar y a mí se me ocurre algo que encaje bien. O, al contrario, si yo no lo remato muchas veces lo hace ella. Algunas veces ya ni recordamos quién puso qué.

¿Cómo te decidiste a cantar a Borges? No es muy libertario que digamos.

Si se habla de música, ella está por encima de cualquier otra cosa y el soneto de Borges es hermoso. También canto el carcelero de Caracol, que fue un gran maestro, y no precisamente de izquierdas. Yo no soy culto, me licencié en la escuela de párvulos y no he leído, sólo he escuchado mucha música. Y ella, la música, me llevó a Borges, que yo no sabía ni quién era. No cualquier música, porque yo versiono a Alberto Cortez, que ha hecho con ese soneto una obra maestra, a la altura del soneto que escribió Borges.

El CabreroTras la pérdida en los últimos años de grandes figuras como Paco de Lucía, José Menese, Moraíto, Enrique Morente o El Torta ¿en qué momento se encuentra el flamenco en la actualidad?

Bueno, murió Antonio Mairena, Fernanda, La Paquera, Terremoto, Camarón y hace poco: Juan Peña Lebrijano y Juan Habichuela, dos grandes. Está tristón de voces el panorama flamenco pero aún quedan algunas haciendo cante por derecho y una buena cantera de jóvenes. El tiempo dirá quiénes aguantan el peso de los años y se hacen figuras.

¿Qué me dices de la eterna cuestión: un cantaor nace o puede hacerse sin necesidad de haberlo mamado?

Se nace con dotes y sensibilidad para la música y el flamenco te llama o pasa y ni te mira. Los artistas de mi generación y los anteriores nos hacíamos a fuerza de escuchar de niños ya sea a la familia, los vecinos, los aficionaos del pueblo. Ponerse a cantar y hacer flamenco era natural, casi una necesidad. Hay jóvenes que se han hecho también así, pero otros han ido a la escuela a aprender flamenco y allí les han dado unos patrones para cada cante. Algunos imagino que tendrán suficiente personalidad para buscarse su propio estilo y otros no. En el fondo, no importa cómo se ha hecho el cantaor, lo que cuenta es darle a los cantes su dimensión y esencia y transmitir hondura y emoción al que escucha.

¿Con qué guitarrista te has sentido más cómodo?

Todos los guitarristas que me han acompañado los elegí yo; nadie me los impuso o aconsejó. El primero fue Antonio Sousa y sin él casi seguro que no hubiera hecho la Antología de los fandangos de Huelva. Fue muy importante para mí y un amigo del alma. Luego estuvo José Luis Postigo, un gran guitarrista y gran compañero. Eran épocas en que hacíamos más de 100 festivales al año ¡una locura! De 1988 hasta el 2000 me acompañó mi compadrito Paco del Gastor. Con él hice todas las grandes giras internacionales ¡yo qué sé cuántas! Nos conocíamos por la mirada. A veces nos subíamos al escenario y, sin habernos puesto de acuerdo, él mismo salía por soleá, o por seguiriya… por lo que fuera, siempre me venía bien. Convivimos mucho y lo quiero como a un hermano. En lo artístico, el toque de Paco llega mu hondo, un gran maestro, y mu aficionao al cante, aprendí mucho con él. Hicimos siete discos juntos y no me imagino mi carrera en el cante sin Paco del Gastor. Luego fue Manuel de Palma, gran guitarrista y persona, que ha sido el único con el que no he grabado disco. Y ahora está Rafael Rodríguez, que me tiene…

El CabreroDe los bailaores que has conocido ¿quién te tocó la fibra?

Farruco como nadie, pero atención que el flamenco ha dao bailaoras y bailaores de talla descomunal antes y ahora. Serían muchos nombres sólo para señalar a los que me parecen grandes. Es inmenso el caudal en el baile flamenco

En culturas tan lejanas en todos los sentidos como la japonesa, el flamenco parece tener muchos seguidores. ¿Qué opinas del flamenco que se hace fuera de España?

No lo conozco, no puedo opinar.

¿Con qué cantes te sientes más cómodo? ¿Los palos en los que menos te prodigas te resultan menos cómodos o te identificas menos con ellos?

Cómodo en el cante jondo no se puede estar; hay que estar en tensión, porque los cantes son como los cerros, tienen aristas difíciles de escalar y hay que estar predispuesto. Con los que más me identifico son la seguiriya, la soleá, las tonás, los fandangos, los cantes de levante y esa libertad de meter poemas o canciones que me gustan de otros por bulerías. Gustarme, me gustan todos los estilos de cante.

¿Quién o quiénes fueron tus maestros? Cuéntanos algo de Paco Toronjo. Recupéranos alguna letra suya.

Los primeros cantes que escuché fue a los aficionados de mi pueblo, que los había muy buenos, Eduardo el Chana, entre ellos. Mi madre era una enamorada de Caracol y cantusqueaba con estilo, que cantar flamenco es otra historia. Pero hablando de grandes maestros, en la mili me decían El Fósforo porque hacía los cantes de Fosforito. Yo bebí de muchas fuentes Juan Talega, Mairena, Fernanda, Manuel Torres… Pero desde el principio me he buscado en los cantes y he dejado que mi personalidad marcara los estilos. Uno se ha formado escuchando a otros pero a la hora de cantar está completamente solo. A Paco Toronjo lo escuchaba mucho antes de dedicarme al cante desde el campo en un transistor en un concurso de fandangos, Lluvia de estrellas. Ganaba siempre, no se podía cantar mejor por fandangos de Alosno y Huelva. Luego fuimos grandes amigos, hicimos juntos un espectáculo que montó Elena y se llamó Dos voces para el fandango. Inolvidable. Es con el único cantaor que llegué a perderme por ahí dos o tres días y tengo anécdotas pa llenar un libro. Fue un grande. El mejor de tos los tiempos por los cantes de su tierra. ¿Una letra de Paco? Era también imprevisible: te hacía llorar y te hacía reír. Una vez, él y yo en el escenario (yo tenía una botellita de agua y él un vaso de whisky). Un gracioso del público le dijo que no bebiera más que ya estaba borracho, pero Paco estaba en su sitio, cantando por derecho y le largó: ¡Verraco! / eres el mayor verraco / que entra en una zahúrda / y aquí traigo el sacatraco / pa sacudirte las pulgas / que tienes en el sobaco. Y la gente muerta de risa… Lo que te decía antes, en el flamenco también hay sitio para el humor siempre que no sea forzado y fuera de lugar.

El Cabrero¿Hay alguien a quien puedas considerar tu discípulo?

Hay jóvenes que hacen mis cantes, y algunos cantan bien, por derecho. Siempre les digo que traten de ser ellos mismos que se miren en los cantes, sólo en los cantes.

¿Crees que las nuevas generaciones, habiendo llevado una vida menos dura que la de los maestros clásicos, pueden ofrecer una seguiriya a la altura de lo que significa este cante?

Claro que sí, lo que tiene es que saber cantar por seguiriya y ser capaz de darle lo que requiere y tener alma. Los sentimientos son los mismos ahora y hace siglos. Hay quien ha tenido una vida dura y duele menos que un brevazo cantando por seguiriya o por lo que cante. Es cuestión de sentir y tú puedes tener una vida cómoda y sentir dolor por temas personales, o rebeldía por una injusticia o tener una conciencia de esas que te revienta por dentro cada vez que pones un telediario. Es el dolor y la opresión de los otros el que haces tuyo y, si puedes, haces una letra para denunciarlo. Otros ven el telediario sin que les afecte. Todo está en lo que uno tiene en los adentros y lo echa en el cante. Yo creo que los que se llevan malamente son el cante por derecho, auténtico, el que sale de las tripas, y el espíritu burgués y ese lo tienen también algunos que lo han pasado mal.

¿Sabes tocar la guitarra?

¡Qué va! Soy un apasionado de la guitarra. A veces con la voz le he apuntao a Rafael y antes a Paco falsetas que me hicieron y ya no recordaban. Puedo llevarme horas escuchando una guitarra que me guste. Es muy importante para mí.

Se te puede ver ahora en el espectáculo Voces de resistencia, en el que compartes escenario con tu hijo, Emiliano Rodríguez Zapata. ¿Con qué se va a encontrar el que vaya a vuestros conciertos? ¿Qué guitarrista te acompañará en estos conciertos?

La gente se va a encontrar con una voz diferente, con personalidad, pero en la que me reconozco, por el eco y por el compromiso, la de Zapata. Con él tres grandes músicos de este sur, Marco Gamero, Juanma Fügu y El Pequeño Carlos. Poemas de Alberti, Miguel Hernández, Machado, Benedetti… y rock andaluz es lo que hacen. A mí me acompaña Rafael Rodríguez y no he cambiado de formato desde que empecé: cante jondo sin aditivos

El CabreroEso de Voces de resistencia deja a las claras que mantienes intacto el espíritu combativo. ¿En qué momento crees que se encuentra esa lucha respecto a otras épocas que conociste?¿Eres optimista o pesimista sobre el futuro y los efectos de la resistencia?

Voces en resistencia se me ocurrió por el disco de Emiliano que es Poesía en resistencia. Tenía ganas de hacer algo con su grupo y así lo llamamos porque venía bien con el contenido y el espíritu de lo que hacemos los dos. Yo creo que la lucha, siempre pacífica, es precisa y que las calles están para llenarlas de voces de gente reivindicando sus derechos. De la resistencia, a veces hay que pasar a la acción, a la lucha pacífica y tenaz, con la razón por delante siempre.

¿Cómo ves todo este asunto de España, la españolidad, el que unos quieran entrar y no se les deje, otros se quieran ir y demás?

Yo tengo una letra que dice: Andalucía es mi madre / y como un hijo la quiero / de corazón la venero / pero yo soy como el aire / mi patria es el mundo entero. Este es mi sentir pero como hay lindes puestas por los hombres, yo pienso que sean los pueblos, la gente, quien decida su futuro. Yo en democracia no le negaría a nadie el derecho a decidir su futuro. Siempre sin que medie la violencia, ni por parte de unos ni de otros. Y me parece un crimen negarles la entrada a quienes huyen de la guerra o del hambre.

El Cabrero¿Cuándo tendremos una nueva grabación de El Cabrero? ¿Por qué no un directo?

Soy muy perezoso para grabar. Cuando no estoy en gira me enfrasco en lo del pastoreo y cuando llego, de noche, vengo cansado y me cuesta alterar el ritmo del ganao. Pero estoy en ello. El próximo año lo sacaré, pero antes habrá precisamente un directo con Voces en resistencia. Ahora mismo está a punto de salir también la reedición de Paris 94 que grabé con Paco del Gastor en una gira en Francia. Llevaba años agotado y nos lo piden mucho.

Podéis ver la gira Voces en resistencia en

2 de diciembre Escenario Santander

3 de diciembre Valladolid Centro Cultural Miguel Delibes

16 de diciembre, Auditorio nacional de Madrid. Entradas agotadas.

Bulerías en directo en el XXXIX Festival de Flamenco de San Pedro en Zamora y documental “El canto de la sierra”:

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Este artículo fue publicado originalmente en La Factoría del Ritmo (sección: ).

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