Profeta en su tierra. El músico extremeño presentó sus canciones de siempre, para sus paisanos en una noche mágica. La Factoría del Ritmo estuvo allí.
No era navidad, ni tampoco el anuncio del “Almendro”, pero Roberto Iniesta Ojea, natural de Plasencia (Cáceres), volvió a casa. No quería venir solo así que invitó a unos cuantos amigos, de los cuales sólo asistieron los de su grupo más cercano, los otros denegaron la invitación, bien por indisposición (Kalaña), o como el caso de Dr. Deseo porque la lluvia (convidada de piedra), no sabía si irse o quedarse. De los otros invitados, no faltó ni uno, once mil fieles devotos peregrinaron a la tierra que viera crecer al “Robe”.
Y con todas estás premisas cayó la noche, y la lluvia se calló, el escenario mudo, no aparecía nadie, sólo el murmullo de los allí convocados rompía el silencio.
De repente se hizo la oscuridad y se empezó a oír el rasgueo de las cuerdas en forma de arpegio, elevándose sobre las señales de exclamación del público, y por fin se oyó su voz preguntando “¿Dónde está la luz?” y cual Jesucristo García que separara la luz de las tinieblas (ya lo había hecho antes con el agua y la tierra) nos trajo un relámpago de claridad, iluminación, fuego y un rayo de vitalidad, energía y entusiasmo, que puso a todos los allí reunidos en un éxtasis multitudinario.
Su sermón fue de la manera que mejor domina. Como si de una misa cantada se tratase, guitarra en mano recitó melódicamente todos los poemas que ha ido rimando durante todos estos años. Y se empleó a fondo en este campo, porque en oratoria como tal, anduvo un poco escaso. A penas hizo referencia a su ciudad natal en un pequeño alegato carente de palabras y con una llegada parecida a la de la selección española de futbol, poco eficiente.
Y siguiendo con el símil futbolístico, el concierto fue como un partido de fútbol, estuvo dividido en 2 tiempos prácticamente iguales, con un descanso de 15 minutos y poca prolongación. No hubo prorroga (bises en este caso) y mucho menos penaltis. No sabemos si gano Extremoduro o el público, pero sí, que perdió el espectáculo al omitir esos pequeños detalles, que no cuestan nada, y que a la afición le hubiera dado la chispa con la que soñar más de una noche, y de esta manera hubiese pasado a formar parte de esos conciertos míticos, de los que siempre se oye en el murmullo de los garitos cuando te tomas unas cervezas…… Los Rolling en el Calderón allá por el 82, o el de Metallica en Vallekas en el 93, AC/DC en la plaza de las ventas en el 96…. y hubiese sido bonito Extremoduro en Plasencia, en el 2008, tras 13 años sin tocar allí…
P.D: A parte de lo estrictamente musical, hay una cosa que me llama la atención, como es el caso de las entradas. Me explico, si tu adquieres un ticket para el concierto de manera adelantada, debe costarte más barata que en taquilla, y según publicitan (a través de tick tack tickets) es así. Lo único que luego te cargan unos supuestos gastos de gestión (que por Internet no sé qué trabajan ellos, si lo haces tú todo) y de esta manera te llega a costar más caro que si la compras en taquilla, 0.10? todo hay que decirlo. No es nada económicamente pero sí moralmente, pues parece que van a engañar. Mi opinión es que debían poner un precio con todo incluido y que cada uno haga lo que quiera, si te quieres asegurar la entrada deberás de comprarla antes, que no, arriésgate a que no la haya en taquilla, pero ante todo claridad. Si no, va a parecer una compañía aérea, ahora gastos de gestión, luego ¿qué va a ser?, ¿suplemento de carburante, facturación de maletas?…..
