
Nueve músicos provenientes de diversos grupos de la escena alternativa francesa (Mano Negra, Parabellum, Chiuahua, La Pela y Fréres Misére) dan vida Flor de Fango, un proyecto que nació en noviembre de 1997 a partir de una reunión ocasional con motivo de un concierto en apoyo al EZLN y Chiapas.
El espíritu del combo reivindica con pasión la tradición hispana, motivado por los lazos familiares mayoritarios de sus miembros con nuestro país y por una gran pasión por la música hispanoamericana y por una variedad de nombres que va de Violeta Parra o Chavela Vargas a los enfoques flamenco-roqueros de Pata Negra y Camarón, sin olvidar el contenido combativo de las canciones de Victor Jara y Atahualpa Yupanqui.
Así, Flor de Fango es un grupo a poner al lado de los combos de sonidos mestizos que nacieron por las influencias imprescindibles de Mano Negra y Los Fabulosos Cadillac, pero teniendo encuenta que si bien en bandas como Zebda, Hechos contra el Decoro o Color Humano el rock es un elemento esencial en sus canciones, el caso de Flor de Fango es distinto, pues aunque casi todos sus miembros vienen de formaciones rock y comparten con las bandas antes citadas muchos aspectos, musicales y políticos, en este caso el resultado musical está integramente conformado por rancheras, boleros, influencias flamencas y diversas mezclas de influencias latinoamericanas que siempre se acogen a un sonido acústico: nada de guitarras distorsionadas, ni sintetizadores, samplers, etc…
En cuanto a las letras, a pesar de que el aire reivindicativo y luchador está presente en muchos de sus temas, también es imprescindible en su propuesta la amargura personal y la melancolía ante sentimientos humanos como la soledad o el desamor.
“Flor de fango” es su primer trabajo y por lo recogido en sus quince cortes, sus canciones son las propias de una banda de barrio o de pueblo. Pues aunque están bien construidas e impecablemente interpretadas (cosa que no siempre es cierto en las orquetas de verbena) seguro que gustarán más a las generaciones de nuestros padres y abuelos que a las de los roqueros de pro (o incluso a los aficionados a los grupos mestizos). También estoy seguro que como más se disfrutan estas canciones es bailándonas a media noche, en primavera o verano, a la luz de una farola y con la gente voleteando entre chiringuitos y puestos de artesanía.
Comentario: F-MHop.
(Fecha de la publicación: 06/12/2001)
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