El que fuera miembro de los míticos Faith No More sigue apostando por la música innovadora y sorprendente. En este disco, editado a finales del año 2004, colabora con el músico noruego Jhon Kaada.
En el universo sonoro de Mike Patton, pareciera no existir la pausa. La proliferación para él, se ha tornado orgánica. Ex frontman de Faith No More, ahora avocado a la diversidad y la búsqueda de un nuevo espacio en donde pueda desplegar sorpresa y contagiarnos luego, de incertidumbre ante el arribo de un flamante álbum.
No sólo Mr.Bungle, Fantomas y Tomahawk (los hijos más reconocidos y crecientes del artista), encuentra un hábitat desierto de sombras, matices y repentinos cambios de color. Este encantamiento diabólico que genera junto al instrumentista noruego John Kaada, tiene reminiscencias en los combos citados, ya que el sello personal del performer es inconfundible. El pariente más cercano en lo que respecta al aspecto sonoro en general recae en una producción de Fantomas "The Director´s Cut".
Artesano de lo monstruoso, recrea atmósferas, y disfraza su vocalización de fantasmales tarareos y arreglos corales. El imaginario que propone es lúgubre, y practicando con vehemencia cada una de sus piezas, lo que supondría en un devenido ensayo de su propia marcha fúnebre. Despierta misterio, el uso de sus cuerdas vocales es netamente ilimitado.
Experto en el manejo de los tiempos, el suspenso adiestra un piano con notas graves. Los tambores persiguen al escucha. La sensación de tormentas emana asombro, mientras uno se halla alojado en la oscuridad. Se diluyen los pasos. Un peldaño se cae y la esbelta figura de Patton nos incita a rastrearlo. Totalmente en silencio y sumergido en un estado de relax completo, los bandoneones avecinan la llegada de lo inesperado.
Esto, que para los músicos, es un ida y vuelta constante, provoca atención. La apertura de los sentidos, agotándolos al máximo. Las baladas, por su parte, tienen su particularidad y Mike Patton las canta con pasión, enterrada en la densidad y enfermedad, con un signo de advertencia.
La ilusión óptica no se apiada. Se cierra la puerta y los intérpretes invitan a explorar y sentir el sonido de lo paranormal.
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