Relato de la última jornada de este divertido evento, que gira entorno al manga y toda la cultura, y también la industria, nacida de él.
Colas
Sí, para entrar. A mediodía daba la vuelta al recinto. A eso de las 16:45h doblaban una esquina para entrar pagando y para entrar con disfraz. Adolescentes, grupos de críos, padres, aficionad@s. El manga es cultura, fans y mucho más. Se ha extendido de manera alucinante dando solidez al evento y a toda la expresión que significa en su lenguaje artístico y humano. Un evento además muy divertido, nada formal y menos convencional sin dejar de ser lo que significa.
Dentro del recinto otra vez.
Mangamanía, no hay ninguna duda. Gente sentada en el suelo, así de paso lo limpian, en la calle brigadas de barrenderos cumplen con su misión municipal. Ya se sabe que en los municipios se barre mucho, je,je.
Hoy, creo recordar, es el día de la entrada gratis si ibas con disfraz. Y la convocatoria merece la pena de ser analizada socioantroplógicamente.
A estas horas de la tarde no puedes dar ni un paso, una hora más tarde será más fluído. De hecho he estado por desistir.
Las firmas en los stands de autor@s están a rebosar. Un buen rato dejándose la muñeca a estas horas y haciendo buena caja, que importa mucho.
A eso de las 17:30 es el momento de hacer un café y de relajarse en este río humano.
Las perfomances del World Cosplay Sumit se pueden observar de lejos. Las ganadoras, una pareja de chicas, son Mònica Aparicio y Esther Angelats.
Acercarme al escenario es tan imposible como que alguien consiga que escuche algo de OT voluntariamente.
Así, en oblicuo, una forma de mirar y no una postura, que ya pensabáis mal, veo a dos tipos peleándonse con unas espadas. La de uno de ellos es más larga que él mismo y eso que el tío es alto.
Día de autor@s
Es su día, debo insistir y lo hacen ante avalanchas. En Glénat resisten, los aur@s firman dentro del stand algunos ejemplares bajo supervisión correcta, o es es lo que me ha parecido. Un vendedor desde fuera controla las manos rápidas que no lo son tanto como la imposruta de vuestr@s políticos. Studio KOSEN, firman ejemplares, dos autoras, de su obra Sanhoshi, “El Guardián”, editado por IVREA. Hacen cola unas 100 personas. Ellas afinan monigotes, palabras, sonrisas…
Ya hay menos críos, papás y mamás. Pulula otro público. Gente joven y adulta. En S.B. Cómics los mangas están ordenaditos en montoncitos y columnas. Firma en “La Cúpula” Hideshi Hino, que también ha tenido exposición (podéis ver fotos, por cortesía de FICOMIC en http://www.ficomic.com/ORIGINAL/salonmanga2006/fotos.html ).
Después del 2ª café con hielo
Seguimos pisando el suelo lleno de papeles. Muchos de ellos sobres abiertos de cartas de rol. Me cruzo con periodistas de otros medios, bastante televisión. La Cuatro se ha montado un chiringuito de campaña enfrente de l@s amig@s de Medea. Por cierto, saludos para Sergio y cia.
Por el centro del Salón una chica lleva un disfraz del que destaca su tatuaje tipo celta desde el hombro hasta la cintura. También le cubre las piernas y un pecho que lleva tapado con una especie de ropa que imita una piel de leopardo, hoy especie en extinción. Destacan los kimonos. Prenda arreglada, militante, e informal, según como se mire.
A eso de las 18:30h desde megafonía reclamana un grupo de 25 que tiene que pillar el autocar y largarse.
BLOOD IN CONCERT
Apuradillo, sudando la gota gorda, en consonancia con mi barriga, llego al escenario, a su parte izquierda.
Comienza el minibolo de Blood, estética gótica, a eso de las 19:15h.
El sonido limpio, dado el espacio y el eco, a un 85%. El primer tema aprovecha su estética y del vamprisimo en una mezcla de balada mediante electrónica contundente. Las guitarras afiladas, semidistorsión. Posturas muy a lo KISS. Banda que en Japón tiene fieles seguidor@s. El final de canción es más hardcore, a lo old…, o sea, vieja escuela.
El 2ª tema apuesta por una coreografía más elástica comenzando a sentirse seguros en el escenario. El griterío es ensordecedor. Hay cientos de personas. La letra de la canción es más dialogada. Riff de guitarra (Kiwarnu) con segundos sinfónicos, y a ratos lamento sostenido, introspectivo, el vocalista (Fu-ki) nos hace disfrutrar de varios registros, como mínimo un par, que sabe manejar.
Inicia el tercer tema un voltaje más punk, con espacios de punkrock y guiños al rock poderoso que facturan. El sonido mejora un poquito más, ya casi al 90%. Tiempos calmados, al estilo de BSO de anime.
Llegamos a una nueva estancia, ya se dejan perfilar tiempos instrumentales eficaces y propios, en la que la guitarra es una línea de puntos y de armonía sin sobresaltos. Este 4º tema se apoya en rifss melancólicos, con un poquillo de improvisación, lo cual es de agradecer. Desde el bajo (Kaede) asistimos auna progresión metódica que en la 5ª canción adquiere tablas y necesidad. Es una pieza que no se diferencía mucho de la anterior, con un rock más “tranqui”, un instrumenal sólido y cálido, seguido de una pieza más heavy. Reflexión, locura, cabeza, gestos en lo lánguido. Musicalmente el tema más oscuro, abierto a cierta acción destroyer del guitarrista que parece mosqueado, o es el que el chico es así.
El 7º tema es una balada. Las cuerdas a lo Santana y con él se cierra el concierto. Hacen un bis tras pedir que no se les grabe la actuación. Vuelven a salir y de espaldas al público se hacen una foto que queda como una foto familiar. Ellos sentados en el escenario y toda la gente detrás, a una media altura.
A eso de las 20:30h es hora de cerrar estas crónicas del manga.
