Carnaval, carnaval.
Carnaval, carnaval… con la llegada de carnestolendas la gente de medio mundo juega al desquite, al engañe, al despiste…. pero después, todos vuelven a su cauce. ¿Todos? Bueno, de alguna irreductible metrópoli americana han salido esta gente, que desde luego se lo pasa bastante bien jugando todo el año a mosquear el personal.
¿Llevan pelucones o tacones o algo así? ¡¡Qué va!! lo que pasa es que esta gente tienen unas cuantas cosas que despistan bastante, y uno ya no sabe si lo hacen sin querer o para tocar las narices al personal.
Para empezar, tienen una portada de lo más gansta, un negrata rodeado de dólares, dos tías semidesnudas que representan un angel y un diablo, pero luego esta gente… de rap…. ná de ná. Lo suyo es un ska elegante, muy blanco y de letras melosas. Tiempos medios, que a veces se vuelven ligeritos, para perder unos kilitos en la discoteca de verano de tu pueblo.
No es para tanto hombre: una portada para despistar… ya, ya, pero yo creo que algo no anda bien en la azotea de los “catadores de tartas” cuando anda enrollado en la producción el mismísimo Brett Gurewitz, el santón de Bad Religion, y padre de Epitaph. Y es que este grupo a mi me descoloca. Por todo lo que he dicho y porque de repente, en medio del disco se colocan el trallazo punkrockero de “What I do” y más tarde el “Somebody” que le dejan a uno preguntándose si los músicos de viento se han ido a tomar eso precisamente….
Si a esto añadimos los posters interiores de gusto más bien macarrilla, con dos mujeres policías ligeras deteniendo a una banda que parece la troupe del Wyoming… más la típica gracia sin gracia de la pista fantasma, tenemos el círculo de patochadas cerrado.
El problema…. el verdadero problema, lo que a mí me reconcome el alma, es que los malditos cometartas lo hacen bien, demasiado bien como para poder ponerles a parir y olvidarme del asunto. Las melodías son muy pegadizas, tienen ritmos bailongos y el sonido es más que decente. Los primeros temas del disco son una auténtica gozada. Para ponerlos mientras tomas el sol en tus vacaciones estivales. Me recuerdan a otro grupo estupendo del sello, Hepcat, de los cuales ya hablamos unos número atrás.
Lástima que las letras sean bastante poco imaginativas y sólo nos hablen de chicas que no están, de amor, y de chicas que sí están.
Y, definitivamente, la pena es que tras unos temas estupendos, la caguen con otros como “Can´t stand it (featuring dj selah)” donde el tal dj hace ragga sobre un ritmo bastante, pero bastante comercial. Y es que si esta canción me hubiera pillado en pleno invierno la sabría llevar, pero con toda la mierda de canción del verano que se nos viene, lo mejor es saltarla directamente del aparato. Lo mismo con “Take some time”, otra canción para el olvido.
La verdad es que a pesar de todo, pagaría mi escasa fortuna porque todos los veranos nos bombardearan con grupos como este, que saben tocar y hacer música y no los esperpentos con que la industria musical azota el panorama musical año tras año.
Comentario: Félix Vera
Este artículo fue publicado originalmente en La Factoría del Ritmo Número 10 (sección: Internacional / Discos).
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