César Strawberry: Margen de maniobra

César Strawberry: Margen de maniobra
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Tercera novela de uno de los cantantes del grupo Def Con Dos: pluma ágil, realismo extremo y catarsis terrorífica. Una magnífica oportunidad de conocer esta interesante faceta de Strawberry, con un libro que se vende junto al nuevo disco disco de su banda: "Dos Tenores".

La vida se escabulle en una road movie urbana entre amistad, vida y muerte, desde un tanatorio. Dos novelas abundan y se abandonan, se cruzan y se superponen. La vida se gasta, se desgasta y nos las gastan, el autor nos aporta grietas, desencantos, personajes, que son sus propias tramas en un día loco, a la carrera, con retratos figurando en el paisaje y modos del miedo, el terror y la fantasía. Su magia estriba en la vulnerabilidad y la fortaleza de esa vulnerabilidad en un registro con un tratamiento original. Todo eso y mucho más es Margen de maniobra, novela, un libro más, de César Strawberry, de Def con Dos.

1.- ¿Una de zombis?

La trayectoria de la banda antes mencionada no la voy a describir, ni del disco que acompaña este pack de literatura y música y hoy nos puede servir de apoyo y reivindicación contra el crimen latente contra la cultura y la libertad de expresión, las ideas y la ética de convivencia, que ha prohibido el concierto de Sociedad Alcohólica en Madrid (el puñetero corrector no me deja poner  la  “k” en su lugar adecuado).

Sabemos de su sonido espléndido, puesta en escena, compromiso, éxito, calidad en las letras y la producción de sus discos, de su cualidad humana crítica y musical, y de la magnífica instrumentación. Pero a mi me toca la literatura y a eso me ciño con ganas y contento.

Me toca como autor, porque me apetece, y así me lo han propuesto, hablar, invitaros a un viaje a través de Margen de Maniobra, escrita por César Strawberry, autor de Besando la Lona, (Ediciones Irreverentes, 2005), Destino Zoquete(Ediciones Irreverentes, 2009)  Nunca Quise Ser como Tú (Ediciones B 2010), Biografía Def Con Dos 1 (Ediciones Irreverentes, 2011), y el autor ya sabéis quien es, o no, pero ese no es mi problema.

2.-A César lo que es de Cesar.

Me pongo a leer esta nueva obra de César en un día apergaminado de más violencia fáctica en el que la estulticia de la especie humana se reparte a partes iguales entre el odio, el hastío, la alienación laboral, suicidios por desahucios, o la destrucción en Irak de una mítica ciudad. Da igual, es más de lo mismo en aumento y aquí en España, uno de los verdugos del séquito del prócer convierte, dice, en optativa la asignatura de creación artística porque piensa, el analfabeto funcional, más o menos, que “distrae”.

Margen de Maniobra, es un título seductor, loable, entre la juventud, el hastío, la derrota, la sangre, muerte, muerte en vidas y la vida, entre otros temas. Son 108 páginas, lo que los eruditos llaman novela corta, y lo que yo llamo, ya sea de otro autor, o de las mías de terror, horror, fantasía y miedo, cualquiera de las sagas, novela.
La portada es toda una declaración de principios, la novela está basada en un relato, se publica en marzo de 2015 y aporta alguna dedicatoria.

3.- Ya estoy dentro.

Me cuelo en el libro, narración en 3ª persona, en pasado. El arranque es monumental, histriónico en lo milimetrado de la acción. Un personaje preparado, rompiendo la columna de la rutina. Trallazo del autor entrando en la acción con ironía. Fede, con una agridulce sensación en la prosa, nos deja saborear una mezcla de realidad e imaginación (Pags7-8).
Alternancia en espacio y tiempo narrativo en una realidad rancia, claustrofóbica, moribunda, instaurada en la cultura de las prisas donde no hay contenidos, solo la velocidad demoledora. Rozamos con Strawberry miseria y nihilismo, algún tipo espabilado y conjuras de demencias.

Novela con un pulso narrativo de registro intenso, ágil, poético, sin florituras, pero estético, audaz, lenguaje trabajado. ¿Os suenan los zombis? Es una pista con trampa, aunque aparecen y ¿un Apocalipsis?

4.-Fede y más.

Cómic, dibujo y el curro se dan cita como temas en una serie de sensaciones en una personalidad un tanto dual, aguantando el peso de la narración a lo largo de las 108 páginas a la edad de treinta y pico de años, con ribetes de dualidad y hermetismos.

Así es Fede, entre lo amable y el ostracismo en una prosa en la que la ironía y lo socarrón dan alas a determinados temas (Pág.-11 ). De todos modos, nuestro personaje es inteligente, y la trama y subtramas, que ya se huelen, se fusionan sin superponerse en los inicios de la historia con un estilo depurado y giros interesantes (Pág. 12) al encontrarse con el colega de instituto, serán muchos y muchas más, a la hora de la muerte.

5.-Seguimos viajando.

El Apocalipsis se crece en la radiografía que César hace de la realidad. Lo hace al detalle, la clava cirrósica, aunque deambula entre ternuras y tristezas. ¿Os venís a un cementerio?

La realidad siempre he creído que está llena de muertos en vida y aquí la muerte, a su vez, tiene nombre de colega, de Alfredo y hasta aquí puedo contar entre un detritus y trozos existenciales, con diálogos veloces y avezados, entre los que estalla la crítica muy bien construida, más la amistad (Págs. 14-15), y de repente del hastío volamos a la imaginación (Pág. 16) en el comienzo de otra novela en la que os aseguro es muy bueno desde el concepto de la narración de terror.

De esa línea se vuelve a la realidad entre amistad y muerte en una convulsión a modo de retrato, en un parque, salidos del tanatorio, camino de un cementerio, entre las caricias y roces del caballo en un traspiés de yonquis.

6.- ¿Parece que cuento y no cuento?

Ese es mi oficio en este reportaje viajero. De eso se trata. La novela es una joya y te hechiza en su lectura. Es lo que hay y el desmán y crimen, asesinato, por parte de la bicéfala partitocracia española nos presenta el camposanto real y desde él nos vamos a meter en una zona tragicómica, más vulnerable de lo que parece, con el sexo como burla a la muerte, mezclando olores y alcohol (hasta la pag 22) con una loca mirada de lo que se imagina, algo que se quiere escribir en un estado que al personaje, Fede, le ocurre a menudo.

¿Una abstracción? Puede que sí, o no, pues la fantasía nos tiene preparadas sorpresas.

Y más personajes. Piri, Ramón, Fede, ya lo conocemos, Araceli, nombrada, personaje a definir como espectral, una novia, una muerta en vida. Todo fluye como una eyaculación a ratos precoz, predeterminada y en ocasiones en las que hay que aguantar el tipo.

El diálogo jocoso (Págs. 26 a 28) toma tonos profundos llevándonos a un encuentro o más con otros personajes asistentes a un entierro entre nichos, retratos de rebaños humanos, cruces, decadencias e ironía.

Strawberry, nos cruza y abofetea con metódica lucidez arrugando esas miserias de una tertulia diaria en la que malvivimos llena de apariencias y espeso cloroformo. El cementerio es una ínsula de esperpentos humanos valleincliniano. Pero también encontraremos algunas luces, sentimientos y ternura.

7.-Sin perdón.   

César escribe una muy buena novela y eso me parece bien, es lo que hay.

Pero hay que seguir en el cementerio y en este viaje:

Una gorda, según se cuenta, Ramiro y Piluchi entran en escena entre una marea de peña (Págs. 30 a 33) y en medio del caos la dosis de literatura en la que la muerte está muy viva. Gran momento en el cementerio, una trama aparte de la obra, el cual fusiona amistad, otros tramos, fruto del cómic, al que el autor le rinde tributo en toda la novela, a la literatura y mordiendo un pasado díscolo e hijo de puta en un presente destartalado dándoles a los personajes un ligero “margen de maniobra”.

8.-Memoria y Hoy. Sparrings.

Moods, música, recuerdo, se juntan en esta sinfonía coral a ratos entre desencantos y grietas ¿para respirar? (Págs. 34-35). En el presente el sarao es decadencia, tiempos muertos, virtualidad amistosa y reflexiva en una narración en espacio que es un paisaje y zoo humano entre rencores, cierto buen rollo con drogas ajenas o propias. El pasado y el hoy, como sparrings del destino, como los colegas y Guillermo ¿y el amor qué?

La vida del instituto, del BUP al COU y la tiranía de la rutina repartidas con sorna y desparpajo (de Pág. 37 a siguientes).

Y en esta vorágine el autor define con pulcritud los personajes con líneas directas que los retratan y rellenan de modo perfecto.

9.- ¿Felicidad?

Aparece de vez en cuando, tiene sus momentos para Fede (Pág. 39), pero también se enfrenta a sus estrías y las cicatrices arrean fuerte en este proceso narrativo (Págs. 40 a 43), aún así el personaje, y el autor, pueden mezclar fantasía y vida en el jaleo como si fuera una posterior válvula de escape.

10.-Guiño, dos novelas en una.

Hay en la página 44 cierto guiño a un grupo de música, je,je, y nos lanzamos a un desenfreno urbano y emocional con tres protagonistas desde las muertes yendo de ruta por las calles de Madrid entrando en una segunda parte de la novela centrada en ellos (Pág. 45). Todo lo cual no deja de ser una algarabía donde crítica y testimonio social se dan la mano en las dos novelas que se van escribiendo, que ¿a lo mejor es solo una?

11.- El paso del tiempo en el bar Manchester.

Pub. Algunos quedan en Barcelona, son de barrio, como varios frankfurts. Y en este pub una sorpresa: mujeres. Pero el autor (Pág. 53) sabe recortar la sorpresa con otra más.

12.- De la otra novela. Roadmovie.

Doble ración de lugares, pues César los mezcla en la mezcla de las dos novelas con ¿zombis a mogollón? En una de ellas con una realidad accidentada y en un bar, en otra. Hay que destacar a Fede como personaje, cómo no, ¿cuánto habrá del escritor en él? Fede es un trayecto entre estaciones de amistad, sensaciones y sentimientos a sumarse en sus colegas.

Su fuga se palpa, pero las circunstancias le devuelven en la ficción a la realidad donde, a modo de roadmovie, se descuenta la vida y no hay que perder el tiempo sobre un argumento que gira entorno a una muerte, una vida o varias, así como muchas muertes en una serie de reencuentros a medida que aparecen mujeres en este dribling, como Yasmine (especial para Guillermo), Yolanda, Sara y droga, ya es el momento, no se abandona, envuelto todo con la perversión de lo mundano (Págs. 56 a 60).

Un cuadro a ratos dantesco y a ratos perfilado mediante irónicas líneas en este cruce de caminos de beligerancias, tandas físicas y absortos instantes hasta la página 63, sin olvidar a Alicia, viuda de Alfredo, el amigo muerto, por el que se brinda con constancia, ofrecida Fede y al giro inesperado de la novela de zombis ya no tan en segundo plano.

En la ficción real, en el primer debate literario de César, se recrean varios grupos del recién finado en el piscolabis posterior al entierro en una comunicación diversa, o hiriente, en el atardecer madrileño.

13.- Un poco más de la mitad (página, 64).

Un paseo crudo por la capital de España y con timadores en pleno siglo XXI, más miserias. Duro y salvaje con un guiño de sarcasmo, Fede, Guille y Raimon planchados. César nos divierte, creo que se divierte, y hace de ello una fórmula fresca de virtud literaria en el que deambular entre dos novelas (Pág. 68) y entrar, en este collage, en el local la Vía Láctea. Un espacio de remotas posibilidades de ligue para ellos en un local de viejos roqueros y menopausias varias como ahora (página 72). Queda claro que el tiempo no perdona ni concede. A lo mejor atrofia y es más el ridículo de los tres colegas con unas yanquis.

Todo este estertor y jaleo nos conduce a una gran frase al retornar a la novela de zombis escrita por Fede en la cual se camina por una plaga cada vez más distorsionante en la que el terror, como en la otra cara del libro, o narración, está en todos los bandos: infectados, vivos y, por lo tanto, en la misma vida de la que emana la imaginación.

14.- El repartidor de birras.

Un chino, una especie de figurante,  personaje algo más que secundario en sus apariciones, hace acto de presencia, en un Madrid que también tiene sus aires podridos, como en todas partes, y el trastero, añado, o cementerio que es España y que Strawberry nos traza desde el inicial juego de Fede, el tanatorio, el bar, el cementerio, como metáfora, y la muerte como hilos conductores de esta novela.

La muerte resurge en la mente de Fede en el otro texto, con una memoria absoluta hacia el cómic y la plaga en plena expansión (Págs. 79-81), pero no os narro como crece la emoción en ambas novelas sin perder intensidad para realizar una transformación en la realidad en un garito donde las sombras son otra cosa que lo que se busca, echar un polvo, quedándonos asombrados al comprender las calamidades típicas y cómo se depuran apariencias, en este caso será Raimon el objeto de la discordia (hasta Pág. 84).

Pero no hay tregua y de inmediato volvemos a la otra historia en un punto álgido con ribetes cómicos y Fede y sus dos colegas en la ruta madrileña se van descartando así mismos al dejar atrás el garito gay (86-88) con un pulso posterior a la amistad que les pone a prueba en su devenir. Toda una inflexión reivindicativa en lo emocional.

15.- Cruce de novelas.

Pues eso: las tramas (Pág. 88…) se cruzan, hábil el registro de César, como si fueran una sola, ¿lo han sido siempre?, y asistimos a una broma, un requiebro, entre los personajes, Fede consigo mismo, con la aparición del chino de las birras, una situación en un prostíbulo, brutal, narrado sin crudeza en la crueldad de la verdad. No hay tapujos con la adolescente muñeca china folladora sin apenas un atisbo de movimiento en su cuerpo o rostro. Es un estertor, una agonía, mientras los tres amigos siguen cuajando su largo día de condolencia por un amigo en una travesía sin barcos, en el que se opera al desprecio y los sentimientos son trazados como respondones y nos conducen al delirio de la historia de zombis (hasta, y en ,Pág., 96).

16.- Por la mañana.

Tras, digamos, un escarceo sexual, los tres colegas, ya son uña y carne para quien lee, Fede, Raimon y Guille,  desayunan cuando el tiempo y la vida son vientos de un collar marchito en un bar que no ha cambiado para nada. Pero también hay rachas medidas de aires alegres, sinceros y ásperos. La mañana se hace tan suave que duele (desde la página 99), turba y el dolor se cuela desde el punto de partida del que nace la novela y lo que está escondido…
Un espectro, junto a otra narración, deambula por la obra, habla de nuevo con Fede tras despedirse éste de sus dos colegas, sincerizados a destajo, y las dos novelas se convierten ¿en una?

Tendrás que comprar el pack y leerla.

César Strawberry nos toca muchas fibras, nos hace sentir y rinde homenaje a muchos conceptos, a la creatividad entre otros, en voz de un fantasma cuya identidad no desvelo, y homenajea al cómic, a la vida y a la muerte, a la música y al desencanto, las personas, la amistad, el nihilismo, lo vulnerable y la derrota. Leerle es un bálsamo apiñado en un estratégico final sorprendente, saludos, abrazos y cervezas, Barcelona, 12-03-2015.

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Este artículo fue publicado originalmente en La Factoría del Ritmo (sección: ).

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