Al margen de la cultura oficialista, el metal demostró una vez más que arrastra público, que transmite ideas y sentimientos y que, en definitiva, es cultura viva.
Segundo festival celebrado con bastante afluencia de personas, cercanas al medio millar, en la antigua fábrica de azúcar, hoy día habilitado como centro educativo y sala de conciertos. Los políticos “culturetas” de la provincia deberían tomar buena nota de estas iniciativas y si tanto se desea que Málaga sea la capital cultural de Europa en 2016, más les valiera promocionar eventos como los que tuvieron lugar en la localidad costasoleña de Nerja. Para esta ocasión se dieron cita, bandas de distintas épocas, a resaltar la vuelta de los ochenteros La Criatura, toda una leyenda en la zona, sin olvidar a Spencer y como no, una banda que ha paseado el nombre de Nerja por medio mundo, los pioneros del punk crust, thrash y hardcore en el Sur de Europa, MG15. Además se contó con la presencia de jóvenes bandas que se van haciendo un hueco en el panorama del rock actual a base de patearse escenarios, como Trilobites, Organized Confusion, Nazion Zero y Locura Precoz.
El día anterior acabamos tardísimo en el festival de San Pedro Rock, y si no fuera por la inexistencia de la teletransportación, en vez de llegar a Málaga a las 7 am, quizás hubiera arañado unas horas más al reloj. Las mínimas para poder descansar, refrescarme, tomar fuerzas y haber llegado con más tiempo de antelación a Nerja. Sin contar con la caravana exageradamente grande que me pilló a la salida de Málaga, con motivo del partido de fútbol Málaga C.F. – Real Madrid. Por desgracia me perdí la primera banda, Locura Precoz, que por lo que se comentaba se lo montaron de maravilla y prácticamente llegue en el ecuador de la actuación de Nazion Zero. Practican un rock urbano y punk rock muy contundentes, que junto a la colaboración de Oli, el encargado de la barra, se marcaron una versión estupenda de Barricada, “No hay tregua”. A continuación subió una banda más ecléctica, tanto en su estilo como a la hora de elegir sus versiones, entre las que se encontraba “Give it away” de R.H.C.P. Ritmos y cadencias más cercanas al metal más alternativo y lo que en su día inclusive se llegó a encuadrar dentro de la movida “grunge”.
Llevaba años intentando ver a MG15, incluso me hubiera desplazado hasta el País Vasco si hubiera hecho falta, uno de las zonas donde su música ha sido muy bien acogida, tanto a nivel de público como de crítica. Con ellos se hace verdad aquella sentencia de que nadie es profeta en su tierra, que esperemos en lo que concierna a un servidor pueda ayudar y aportar humildemente lo necesario, para evitar extender esta situación por más tiempo. En más de un cuarto de siglo, esta era la segunda vez que actuaban en suelo nerjeño. Cuando lo que tenemos es un tesoro en la provincia de Málaga, con ellos aquí no sólo nos tendríamos que sentir orgullosos de acoger en nuestra tierra a la banda pionera del hardcore, no solo en España, sino en gran parte de Europa en los 80. Furia punk y afiladas guitarras salvajes, que con las potentes y oscuras cadencias de la base rítmica, ha ido trazando una estupenda evolución musical hasta nuestros días y un lirismo inusitado y excelente, para mí, las mejores letras hardcore de la historia. Es poesía envuelta en un manto de sonido extremo que no debería dejar insensible a nadie, más bien sobrecogerlo. Ecologismo, antimilitarismo, letras comprometidas con su tiempo, recogiendo el testigo de los librepensadores más cercanos a la historia contemporánea, que vio como moría un siglo perturbador y nace otro en pos de una nueva oportunidad para el ser humano. Muy alejados de los tópicos del punk y las tribus urbanas de los 80, como bien afirma el guitarra y cantante Iván Jullit, hoy día se sienten con las pilas cargadas para mostrar su arte a las generaciones nuevas del rock & roll y el metal, enarbolando por bandera la actitud y el compromiso. Cuidaron los detalles del escenario al máximo, con máscaras de gas como la que aparece en el “Álbum negro” de 2007 y con un gran telón de fondo, con el logo del grupo en llamas, al estilo de su disco XX aniversario “Piromania” (2003). Precisamente, sobre estos discos más modernos que sus primeros épicos E.P. en vinilo como “Holy earth” de 1987 o el magnífico L.P. de Walkiria Records de 1994 “Clon”, se fundamentó su set-list. Temas como “Hélices”, “Furia, máquinas, destino” o “30 monedas de plata” sonaron atronadores y consiguieron una atmósfera densa, que aumentó el clímax del espectáculo y el nivel de adrenalina hasta niveles insólitos. Aunque también tocaron temas de sus primeros trabajos, “Derecho a la vida” editado originalmente en 1984, en el sello italiano Attack Punk Records y la brutal “Caos final” de los comienzos heroicos del grupo allá por 1983. Además, se marcaron una versión de todo un clásico del punk siniestro en España, Parálisis Permanente, “Adictos a la lujuria” y otro himno del punk inglés y rock gótico, The Damned, “Love song”. Hoy día, MG15 lo forman Iván Jullit a la voz y guitarra, su hermano Alberto Jullit a la batería, Diego al bajo y Bastu a la guitarra y desde La Factoría del Ritmo les deseamos la mejor de las suertes, tanto para sus nuevos discos, que preparan en estos momentos, como suponemos una inminente gira y bolos que hagan justicia a esta gran banda y parte del patrimonio del rock del estado español. Estaremos con ellos para apoyarlos, salud y larga vida.
Las siguientes bandas en salir, aunque de variadas influencias, sus ritmos pop-rock más tranquilos, pero salvajemente urbanos fueron los encargados de cerrar el festival que dejó muy buen sabor de boca al personal asistente. Spencer, un proyecto de José Mª Rico, junto a miembros del grupo Trilobites dieron un toque de elegancia, cercano a los ritmos jazz. Sus influencias provienen del funk y el soul, sin dejar de lado a bandas de los 80, las más vanguardistas en los sonidos pop, que en parte caracterizaron aquellos añorados tiempos. De hecho, se marcaron sendas versiones de Golpes Bajos y The Cure. Trilobites a continuación dieron el último concierto por una temporada, debido a temas personales que deben atender los miembros del grupo. Se vieron muy motivados y siguieron una línea muy parecida, tal vez algo más rock, pero siempre con ese toque blues y funk que le daba además de frescura feelin’ a los temas que iban encarando conforme iba transcurriendo su actuación.
Y llegó la hora en que la otra gran leyenda local, La Criatura, saltará a escena, para deleitarnos con sus canciones de toda la vida y músicos de excepción, como el conocido batería de Tabletom, Manuel Arrabal o el multiinstrumentista y productor Karl Hoffman al bajo, anteriormente había tocado con Spencer el teclado y el propio José, cantante y guitarra de La Criatura tuvo un cameo también con Spencer, en base a un tema compuesto por él mismo para el grupo de su compadre y compañero del rock. Los temas “Insistiré” y “Periquito” calaron muy hondo en el público asistente y se pudo sentir la sinergia en el ambiente, hasta el punto que no tuvieron otra opción que hacer un bis con ciertas reminiscencias a lo Bob Marley, muy reggae y totalmente improvisado. Los creadores de “Muñeco de papel”, “Sé de la vida” o “Rosa negra”, dejaron el pabellón muy alto y pocas maquetas en la barra improvisada de esta estupenda sala de conciertos, que poco a poco irá haciéndose notar en la escena local del rock de nuestra provincia.
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