JulÍan SÁnchez: Reflexiones – corazón parapléjico

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Políticas melodías laxantes que priman que el abuso sea el método.

No es una realidad pálida, sino la canción de la propiedad privada. Ese asunto que abarca todo lo que se produce y nos convierte en manicura diseñada por otr@s, a pesar de que la elegancia y el conocimiento no estén en las pasarelas.

La música tampoco escapa a esa realidad en la que somos vallas publicitarias personalizadas de manera uniforme. Lo cantan los “Ardatxo” en el tema nº 14, titulado “los kuarenta” de su CD “Por Diox”, cuando dicen aquello “los 40 principales el dinero de las multinacionales” (WC 080), y nos lo escupe sin provisiones la nueva versión de OT que patenta Telecinco.

La escena pop española tiene un buen tirón. Así lo decían en el nº 66, abril 2005, de la revista “RollingStone”, pps-58-66. Me gustó la reseña sobre “Deluxe” por la variedad de aspectos y ambientes que el tal Joel se trabaja. Por su parte la escena hardcore calienta las salas y las ideologías. Es un estilo cada día más difícil de definir y encorsetar, que se maneja con soltura en las mezclas y en las ideas. Evidentemente hay muestras y festivales que lo están demostrando. Punk y hardcore, cañera la gira de los gallegos “Tiro na Testa” de este mes, traman trazos en la calle. Hay respuestas.

Recojo flyers de música que algún día tendrán su momento y ambiento un cuento en un local de copas musical del barrio de Gràcia barcelonés. Básicamente blues, rock, country, soul y rok sinfónico, también escuchamos esa noche algo de heavy metal. Una tertulia nocturna, eso es lo que hay a partir de cierta hora, con Supertramp tras un temazo carrozón de Eagles, como semidioses de una época. Su dobre LP “París” tuvo una acogida de distintas acepciones. Crecí con estas cosas, el punk, el hardcore, bueno, ya lo sabéis.

Los dos temas de un miniCD de “Orujo de Brujas” encandilan. Simbiosis, hardcore, ritmos envolventes, ciertas sensualidades. La Iglesia asesina aparecerá en la letra de “Cultura Tribal”, y momentos de enfrentamiento y recuerdo en “Genova” (¿recordáis el asesinato verdad?). Los tiempos instrumentales de cuerda son redondos. Es una esperanza musical trascendente.

Hace un par de días escuche un par de veces, revisité, el último trabajo de “La Mala”. Recogí más calidad de sonido. “La niña”, es solo mi opinión, es una jerga de interpretación sólida. Se rapea con espuelas sobre tanto horror, dolor y majadería. Es la calle donde el sustantivo se hace poema.

En tantas ocasiones el día es patrimonio de la paranoia y el error es solo factor de nuestra mísera impotencia. Un corazón parapléjico este de la especie humana. Todavía quedan guerras por matar pues somos versátiles en esquizofrenias.

Recuerdo, ya escribí una crónica de tres días para el Xornal.com, que en la Feria del Disco Ciutat de Barcelona, 1 al 3 de abril del 05, solo encontré a faltar un stand de un sello discográfico, o de una tienda alternativa. Mientras tanto, en otra tienda de una ciudad española ponen todas revistas, CD´s y libros independientes, alternativos y libertarios, en una escalera. Una mala imitación. Son cosas que pasan y que quedan, que decía Antonio Machado. En otra tienda, ésta de cómic, flipamos con un muñeco a escala que es un D.Bisbal que pega saltos cuando suena una canción. Ya lo decía Evaristo “Llegará, llegará, cada burgués recibirá”, ¿no?

No sé, no es esperanza lo que viaja esta tarde en el Metro, sino un concentrado café de desesperación y hartazgo. Pura rutina.

Artículo: Julián Sánchez, escritor y periodista.
(Fecha de publicación: 2005/05/05)

Este artículo fue publicado originalmente en La Factoría del Ritmo (sección: ).

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