El título y la portada no pueden ser mejores guiños a su actitud con respecto a las experiencias que les ha tocado vivir junto a la ciega esa de la balanza que llaman justicia, un asuntillo peliagudo que ha sentado unos precedentes la mar de negativos para el futuro a los que quizás no damos la suficiente importancia.
Pero el “Grupo Intelectualmente Violento” ha vuelto a la carga tras unos cuantos años apartados de las novedades discográficas con una buena dosis de mala leche acumulada en un disco donde el Blues pasó a mejor vida para dar entrada a tiempos más duros aunque no Funk-metaleros como auguraban algunos, esto es más bien Rock de alto octanaje con base rítmica potente y ciertos arrebatos funkoides, aunque bastante versátil sin perder contundencia. Canciones pegadizas de las que no te cansas fácilmente y un par de singles claros, no por su comercialidad, sino por sus efectos devastadores sobre las mentes descuidadas, “A Comer, a Casa” fue el primero. Tenemos piano en “Gravedad”, metales en “Mídelo” y un bajo phase en “27” tocado por el propio Hendrik como sorpresas, todo ello grabado y mezclado de forma excelente por Kaki Azkarazo, redondeando un disco bueno, bueno, bueno.
Pedradas en los dientes como “Lo Dije Bien”, “Nada” o “País Bocazas” bien valen una ortodoncia, y más si tenemos en cuenta que son Los Del-Tonos quienes te hablan con toda la clase y personalidad que siempre han tenido los hombres enfermos. Han cambiado, pero siguen siendo igual de buenos que antes digan lo que digan los puretas del Blues.
Comentario por: Jorge X.
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