Rosendo, acompañado de Mariano y Rafa, en la gira de presentación de su último trabajo en estudio “Veo, veo… mamoneo”, llega a la sala Aqualung de Madrid, y con ellos una masa heterogénea de gente en la que se podía distinguir tanto a chavales con acné a flor de piel, como a rockeros en los que despuntaban las canas e incluso con sus buenas entradas.
Otra cosa que me llamó la atención fue el precio de la entrada, 18 Euros, un grano de arena más en la notable subida de precios que existe en los tiempos que corren. A parte de esto, y de la larga cola que se formó para entrar, destacar también la puntualidad con la que nos están empezando a acostumbrar los grupos, pues aun faltaba por entrar mucha gente cuando sonaron los primeros compases del concierto.
A partir de ahí se pudo ver uno de los mejores conciertos de Rosendo, y más aun si el punto de vista es de un fan, y doy mis razones:
1º- El sonido fue bueno por no decir muy bueno, cosa que siempre se agradece: el poder distinguir tanto instrumentos como entender la voz.
2º- El repertorio estuvo muy bien elegido, supo mezclar, sobre todo al principio, las canciones menos conocidas de este último disco con otros temas más populares, llevando a la gente en un estado anímico siempre ascendente y dando todo en la recta final con sus temas universales.
3º- Da al publico lo que le pide. Cuando estos gritan “otra” él sale y toca otra, y por si acaso tienen sed de más, vuelven a salir. Y aun así cuando ya todos creemos que ha llegado a su fin, y nos ponemos a salir por la puerta con una borrachera de emociones, se vuelven a apagar las luces y nos termina de rematar disparándonos su “Pan de higo” particular.
Tras ir a varios conciertos a veces puede surgir una pregunta o cuestión a cerca del repertorio “¿toca siempre las mismas canciones?”. La reflexión sigue en nuestra cabeza y nos da una respuesta: “No sería lo mismo si en un concierto Rosendo no tocara “Loco por Incordiar”, “Agradecido”, “Flojos de Pantalón”, “Pan de higo”…, es como si fueras a ver AC/DC y no tocaran “Highway to Hell”. Lo bueno es que suele cambiar el repertorio de clásicos o la canción que tocará de Leño… esas pequeñas cosas hacen que este tipo de conciertos sean especiales.
Para dar un poco de objetividad al asunto, que también viene bien el intentar salir de la masa y ver las cosas un poco desde fuera, tengo que decir que tras 25 años en esta profesión el señor Mercado sigue siendo un poco parco en palabras, no suele salirse del “Muchas gracias, Madrid”, “Se os quiere” o “Leño pa’ siempre, muchas gracias”. E igual de escaso que los comentarios entre canción y canción es la coreografia, pues tanto el propio Rosendo como Rafa el bajista, apenas tienen movimientos sobre el escenario…
En fin, que cuando vas a un concierto de alguien que te gusta no te suele defraudar, disfrutas más o menos e incluso a veces se ponen pegas, pero por lo general siempre se sale con cara de satisfacción.
Artículo: DC Pérez.
(Fecha de la publicación: 03/04/2003)
