
Veinte años de trayectoria de el que para muchos es el festival de música blues más importante a escala nacional. Este año, en que se celebraba tan simbólica fecha, el evento supo estar a la altura, con una magnífica selección de artistas.
Vigésimo aniversario del mejor festival de blues del estado, en el que por sus diversos y variopintos escenarios, año tras año, desfilan artistas internacionalmente consagrados y en muchos casos, auténticos mitos vivientes del blues, soul, jazz y el rock and roll. Este año la presencia de Connie Lush & Blues Shouter, Sherman Robertson o Soft Machine pasarán a engrosar una larga lista de actuaciones que permanecerán por años en la memoria colectiva de los que fuimos testigos privilegiados de su paso por la tierra de los dólmenes.
En el año de los festivales por doquier, festivales exquisitos en sus planteamientos y meritoriamente longevos en sus númerosas y celebradas ediciones. Año tras año, han ido dejando un cálido y buen sabor entre los incondicionales, también se han ido añadiendo nuevas citas que habrá que seguirlas muy de cerca en los próximos años, siempre que haya continuidad, como es el caso del espectacular Kobetasonik que trajo nada más y nada menos que a la quintaesencia del rock & roll: Kiss.
El equipo de Cambayá se puso las pilas y además de brindar un merecido homenaje este año, en medio de la vorágine musical, a un gran elenco de féminas que fueron dejando sus huellas en la plaza de Castilla y el patio de San Zoilo, para acabar como en los últimos tiempos con los platos fuertes en La Colegiata de Santa María.
Precisamente, el cierre del evento para este año, no podría haberse planteado más espectacularmente, siguiendo la estela de ediciones anteriores. Luego, artistas de la talla de una de las mujeres más consideradas en el género en los últimos tiempos como es la británica Connie Lush, el carismático guitarrista norteamericano de Texas, Sherman Robertson o los legendarios del jazz-rock progresivo Soft Machine se encargarían de refrendar y hacer realidad el más difícil todavía. Y es que el festival cada año que pasa, trata de superar el listón cada vez más alto y gracias al trabajo de Cambayá y el acierto, de siempre buscar la calidad inherente de los artistas que finalmente desfilaran su arte por la milenaria tierra megalítica, hasta ahora siempre han logrado el objetivo de transmitir un calor humano y una intensidad que sólo se pueden experimentar en su justa medida, siendo fieles a la cita de cada año.
Los buenos aficionados al blues, el feed-back entre ese público y artistas, genera una magia inigualable, que precipita el final de fiesta, en un extasis colectivo; que ya son parte de la leyenda y la herencia musical de esta tierra tan blusera. Tierra y comarca la antequerana, que acoge al festival más importante de blues y original entre los diversos festivales del estado a todos los niveles. Donde caben incluso las letras y las artes plásticas, en perfecta comunión con la música, gracias por ejemplo a los ciclos “Palabras de blues”.
A continuación podréis disfrutar de un amplísimo reportaje fotográfico que ha tratado de hacer lo imposible por captar parte de la esencia y al menos intentar hacer lo propio con el feeling de los artistas presentes. Podréis degustar desde el virtuosismo del guitarrista Jay Kaye, hijo de la legendaria cantante Mary Kaye, a la propuesta zydeco de C.J. Chernier & The Red Hot Lousiana Band o el rock blues setentero de The Blues Band, en el cual hay antiguos miembros fundadores de la mítica Manfred Mann como son el cantante y armonicista Paul Jones o el bajista Tom McGuinness. Disfrutad de las imágenes y si puede ser con la música de fondo de estos grandes y carismáticos artistas mejor aún, salud y larga vida para el Antequera Blues Festival de Cambayá.
Este artículo fue publicado originalmente en La Factoría del Ritmo Número 24 (sección: Reportajes).
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