Lo ha vuelto a conseguir. El Azkena Rock Festival 2010 finalizó registrando un récord de público, más de 44.000 personas han asistido durante los tres días que ha durado el festival.
Lo ha vuelto a conseguir. El Azkena Rock Festival 2010 finalizó registrando un récord de público, más de 44.000 personas han asistido durante los tres días que ha durado el festival. Mucho se podría discutir si este ha sido el mejor cartel de todas las ediciones (está muy presente todavía el del año 2006 con Pearl Jam como cabeza de cartel), pero fue más que suficiente, para atraer a esa familia Azkenera que vive el festival con solemne devoción y tributo. Han sido tres días de intensa música; en donde el jueves los grandes triunfadores fueron los australianos Airbourne, el viernes como no, Kiss reventaron el escenario principal, pero que además Slash hizo acto de presencia en el mismo escenario que unos años atrás, su antiguo compañero en los Guns, Duff McKagan, actuaría para la parroquia Azkenera. El tercer y último día de festival Bob Dylan se marco un concierto mara enmarcar, y en donde Chris Isaak y The Hives tocarían después del genio de Minnessota, haciendo sendos grandes shows.
Jueves 24 de Junio
El primer día, el jueves, arrancaba el festival, en donde se convertiría en la jornada inaugural con más asistencia, más de 9.000 fanáticos del rock asistirían un año más. Llegamos al recinto para oír los últimos temas de The Legendary Shack-Shakers, y por lo poco que pudimos escuchar y ver, parece ser que fueron los primeros en calentar en ambiento en Vitoria. Jim Jones Revue, serían los siguientes en saltar al escenario. Todavía tenía presente, cuanto hace un año atrás los había visto en una pequeña sala para cuatrocientas personas, y es que el rock and roll de los Revue es de la vieja escuela. Las pintas sesenteras con esas guitarras vintage, hacen de su espectáculo y sobre todo su sonido incendiario, que la gente no pare de moverse. Con escasos 40 minutos de actuación y con un sol de justicia, completaron uno de los mejores shows de día.
Tanto Kitty, Daisy & Lewis como de The Hold Steady, fueron un mero tramo para lo que vendría después. La familia al completo de Kitty, fueron un poco sosos en el escenario, mucho traje y mucho tupe pero poco RNR. Lo de Hold Steady, la gente se lo tomó como un descanso previo a la tempestad sónica que vendría después. Y es que no era ni más ni menos que Warren Haynes el que subiría al escenario con sus Gov’t Mule, virtuosismo al servicio del Rock. Muy técnicos con unas guitarras crujientes, hicieron una pequeña jam-rock, de hora y media, para que sus incondicionales fliparan con si de un tipo de alucinógeno se hubiesen comido.
Muchos palos le están cayendo a Airbourne: que si son una copia o una mera banda tributo de ACDC, que si hacen siempre la misma canción, bla, bla, bla… Esto es rock and roll, y al que no le guste que no mire. Yo creo que asistimos a un concierto inolvidable. Si la formula funciona, ¿porqué no explotarla?. Y eso, amigos, es lo que hacen los hermanos O’Keeffe. Potencia inusitada que se te clava en el cerebro, y que tus pies no dejan de parar de botar, uno tras otro, como si estuvieses en la vendimia. Y espero no equivocarme con este grupo de jóvenes australianos, pero creo que podremos decir dentro de diez años: “yo los ví en el Azkena 2010”, porque su fama no para de crecer a pasos agigantados. Lo de Black Lips no lo tomamos ya te retirada que el día siguiente sería una jornada muy larga.
Viernes 25 de Junio
El segundo día, viernes 17.389 personas se dieron cita en el recinto de Mendizabala. Ese día la Roja se jugaba las castañas por seguir viva en el Mundial, y mucha gente decidió perderse algún concierto, y seguir a la selección en las diversos bares de alrededor del recinto. Nos presentamos a las siete de la tarde para ver a la dublinesa Imelda May. Unas horas antes la pudimos ver en el escenario de la Virgen Blanca, en el centro de Vitoria, y allí nos dejo muy buen sabor de boca, repasando todos sus clásicos: “Love Tattoo”, “Johnny Got A Boom-Boom”, “Big Bad Handsome Man”. En Medizabala, prácticamente repitió el mismo show. Con “Tainted Love” (del grupo The Four Peps, grabada en 1964 para Gloria Jones y que obtuvo la popularidad mundial luego que el grupo Soft Cell la lanzara como cover) se despidió de nosotros.
Teddy Thompson se presento el solo con su guitarra en la carpa Doug Fieger (como homenaje al desaparecido guitarrista de The Knack). Quedó un poco deslucido al estar el solo en el escenario, y la verdad, lo tenía difícil encajar su folk en medio de tanto Rock. Creo que sería mejor verlo en una pequeña sala que no en un festival masivo. Después de perdernos la actuación tanto de The Saints como de The Damned (si, vale, no tenemos perdón del Dios del Rock), por culpa del partido de la selección, nos fuimos a ver a Slash & Cia, con una gran sonrisa en la boca, ya que a esas alturas ya sabíamos que la Roja había pasado de ronda.
Y qué gran show nos ofreció el ex-gunner. Si, sonaron clásicos de su vieja banda como “Nightrain”, “Sweet Child O’Mine” y “Paradise City”, y vamos, rejuvenecimos temporalmente unos quince años todos los presentes. Slash ha encontrado en Myles Kennedy su mano derecha, y el vocalista que muchos dicen que es un falso imitador de Axl Rose (y una mierda), está en mucha mejor forma que el de Lafayette, llegando a todos los tonos y más incluso. Una auténtica locura, para tanto los viejos fans de los Guns and Roses, como para las nuevas generaciones, que por Medizabala pululaban orgullosos con sus camisetas de sus viejos héroes del rock.
Y por fin, “The hottest band in the world”, hacían su presencia en el escenario de Mendizabala. Y es que Kiss se ha convertido en una de esas bandas, que por lo menos una vez en la vida tienes que ver. Todo lo que te cuenten sobre los de New York se queda corto, para esta ocasión se trajeron todo su arsenal técnico y tecnológico, véase: Escenarios giratorios con las plataformas elevadoras, sangre, fuego, pantallas gigantes, y demás parafernalia que os podáis imaginar. Kiss son un auténtico show, y ellos saben lo que sus fans quieren ver, y estos se lo dan en grandes dosis. No falta ninguno de sus ya míticos numeritos, como Paul Stanley sobrevolando las cabezas del público, o el de Genne Simmos escupiendo sangre. Cañones de fuego y demás pirotecnia que te deja extasiado por momentos. Si, Kiss es muy visual, pero amigo, cuando descargan delante de tu cara trallazos como “Detroit Rock City”, “Lick it Up”, “Deuce”, “I Love It Loud o “Crazy Nights”, se te queda una cada de “madre mía, la que están montando”.
Y para cerrar la jornada quedaría Nicke Royale y sus Imperial State Electric, que tuvieron que lidiar con los fuegos artificiales de Kiss, que no acabaron hasta después de 15 minutos de su actuación. La verdad, salir a tocar después de Kiss tiene que ser una faena, pero estos no se arrugaron y tocaron con la cabeza muy alta.
Sábado 26 de Junio
El sábado las fuerzas ya eran mínimas, pero acompañado de cerveza todo pasa. El tercer y último día, coparían el record de asistencia al festival con 17.920 personas. El primer concierto del día al que asistimos fue el de Robert Gordon que como muchos artistas pertenece a esa generación que quedó marcada por el sonido de Elvis Presley, Otis Redding o Gene Vicent. En esta ocasión le acompañaba Chris Speading, su inseparable mano derecha, a la guitarra, el gran Slim Jim Phantom (Stray Cats) a la batería y el mítico Phil Greasy Carlisi al bajo. El concierto se basó en versiones de clásicos.
NRBQ eran los siguientes en saltar al escenario. Grupo de culto bastante minoritario, que de finales de los 60, tras el que se esconden unos gigantes admirados por gente como Bob Dylan, Keith Richards o Paul McCartney. Cada uno de sus discos es una pequeña obra maestra (“Scraps”, Workshop, “All Hopped Up”). Dice la leyenda que en los conciertos son capaces de tocar cualquier canción que se les pida.
Es uno de los grandes genios del siglo XX, y una de las figuras fundamentales para el desarrollo sonoro y lírico de géneros tan diversos como el folk, el blues, y country o el pop. Bob Dylan nos dio a todos una lección de cómo tiene que ser un concierto de Rock. Su música ha evolucionado a lo largo de los años desde una explosiva adolescencia (“Highway 61revisited”, “Blonde on Blonde”), hasta una madurez fascinante (“Blood on the Tracks”, “Time Out of Mind”). Con su “Never Ending Tour”, encandiló a la audiencia más veterana que se recuerda en el recinto de Mendizabala. ¿Queréis saber qué canciones sonaron?.: “Rainy Day Women”, “Don’t Think Twice, It’s All Right”, “Stuck Inside A Mobile With The Memphis Blues Again”, “Just Like A Woman”, “Balland Of A Thin Man”, “Higway 61 Revisited”, y así hasta 13 temas tocados y modificados para despedirse con el celebrado “Like a Rolling Stone”. Un lujo para nuestros oídos.
Cantante, compositor, músico y actor, este artista californiano lleva cautivando desde hace más de veinticinco años con su mezcla pop de country, rockabilly y rock and roll. Chris Isaak, posee una de las mejores voces de la escena. Y tuvimos la suerte de que en Vitoria celebraba su 54 cumpleaños, y eso se notó en el concierto, que a pesar de que cayeron las primeras gotas de lluvia durante su show, el Sr. Isaak no se arrugó. Bajo la lluvia nos cantó ese himno generacional como es “Love Me Tender”. “Oh Pretty Woman” y “I’ll Go Crazy” de James Brow también sonarían. Los clásicos no podían faltar en su repertorio: “Blue Hotel” y “Wicked Game” fueron muy aplaudidas. Una suerte poder verle por estos lares.
Formados a mediados de los 90, The Hives son una de las formaciones de punk rock más importantes de Europa, gracias a sus contagiosas canciones y a su elegante indumentaria. Tras publicar su debut (“Barely Legal”) en 1997 salieron de gira abriendo para The Hellacopters por toda Europa y dejando una muy buena impresión, pero no fue hata el año 2.000 en que la banda se convirtió en algo muy grande gracias a su obra maestra, “Veni, Vidi, Vicious”, con singles de la talla de “Main Offender” o “Hate To Sau I Told You So”. Almqvist no paró en todo el concierto de arengar al público para que gritase, y que no hubiese ni un segundo de silencio en su concierto. Y lo logró, actitud con pelotas.
La despedida del festival fue de la mano de Bad Religion. Influenciados por los Sex Pistols, Dead Kennedys y Black Flag, los de california saltaron al escenario para ponerlos patas arriba, y vaya si lo cumplieron. Una despedida más que digna. El año que viene, se celebrará la esperada décima edición del Azkena Rock Festival. Con motivo del aniversario, se estrenará un documental sobre el festival y sus diez años de vida. La película-documental será dirigida por el cineasta Juanma Bajo Ulloa. Además, la organización ha dado a conocer que en breve comenzará a preparar también un libro que tendrá como objetivo recoger lo más destacado de los diez años del festival. Esperamos estar allí para contároslo otra vez.
Fotos por: Jesús Figueirido
Este artículo fue publicado originalmente en La Factoría del Ritmo Número 24 (sección: Reportajes).
