Poesía que brota de un corazón como el agua de una manantial: natural y espontáneamente. Vértigo juvenil, sentimientos sin aditamentos y rock and roll. “Las vueltas”, es el libro que recoge la producción poética primigenia de este autor extremeño.
Félix Vera es el pseudónimo artístico y periodístico de Félix Castañar Pérez, un poeta que acaba de publicar su primer libro, “Las vueltas”, en el que recogemos poemas escritos ya hace años, en el periodo que va del año 1997 a 2003, cuando su vida estaba experimentando cambios que le llevaron por derroteros antes nunca imaginados. Momentos aquellos, donde la pasión, el amor, el rock y las inquietudes creativas le llevaron a esculpir una personalidad aventurera, intelectualmente inquieta, respetuosa con la diferencia y excepcionalmente afable.
Félix Vera tiene sus raíces familiares en Villanueva de la Vera, un pequeño y precioso pueblo de la provincia de Cáceres, y en la actualidad vive en Sydney, la ciudad más poblada de Australia.
Muchas son las cosas que han cambiado desde aquellos 6 años tan singulares, en los que culminó sus estudios, formó parte de 3 bandas musicales (Containers y Ras Con Tas, orientados al rock, y Los Nervioss, un dúo inclasificable), se inició en el mundo de la creación poética, tomó parte activa en La Factoría del Ritmo (donde ha desempeñado un papel muy relevante desde entonces) y conoció al amor de su vida.
Desde entonces ha vivido en varias partes del mundo, ha hecho extensos viajes por otras, ha sido papá y ha continuado cultivando su parte creativa con poemas que algún día verás la luz más allá de su círculo más íntimo, participando en efímeras aventuras musicales junto a personas muy allegadas a él y ha puesto en marcha la editorial independiente Alas Ediciones, junto al también escrito Fernando Llorente Haya, con la que están abriendo una puerta a la edición profesional a autores de gran interés pero a los que las grandes editoriales aún no han dado una oportunidad.
En “Las Vueltas”, el autor desnuda sus sentimientos, con versos que ponen la piel de gallina y en los que el rock and roll está muy presente.
Con motivo de la reciente edición de este libro, le hemos entrevistado:
Los poemas que contiene “Las Vueltas” se corresponden al periodo 1997 a 2003. Aunque es ahora cuando se publican en un libro, que precisamente es tu primer libro. ¿Por qué has aprovechado la oportunidad de publicar tu primer libro para destinarlo justo a poemas de ese periodo y no otros más recientes?
Cuando desde Alas Ediciones se propuso dar a conocer mi obra poética me pareció que tenía más sentido empezar por el inicio.
El periodo seleccionado comprende desde mis primeros versos hasta el momento en que me fui a vivir a Australia. En esos años pasé por varias etapas no sólo emocionales sino también geográficas, pues estuve viviendo en tres ciudades diferentes: Gijón, Kufstein (Austria) y Madrid.
De todos modos, publicar los escritos de aquella época no fue una decisión fácil; todos esos poemas surgieron como una respuesta personal a mis circunstancias de aquel entonces. Desde luego en aquel momento no me hubiera atrevido a publicarlos.
Según la biografía que se incluye al final del libro, fue justo en aquellos años cuando comenzaste a escribir poesía. ¿Qué te impulsó a comenzar a escribir poemas?
Escribir poemas fue un paso más en mi proceso creativo. Para empezar yo era parte de un grupo de hard rock y componía tanto música como letra. Es decir, ya había una composición poética previa aunque en este caso era una poesía subyugada casi siempre a la rima, aunque fuera asonante.
Por otra parte me movía en ambientes donde se hacían fanzines. Era una época en la que había mucha creatividad literaria en el ambiente, incluso entre los que estudiábamos carreras de ciencias. Es decir, el campo estaba fértil.
El espaldarazo lo recibí cuando un buen amigo me acercó a la poesía postmoderna: Luis Alberto de Cuenca, Eloy Sánchez Rosillo, Jorge Riechmann… Esta gente hablaba de cosas que tenían que ver conmigo, y la manera de transmitir su mensaje me llegaba.
Yo estaba en un periodo emocionalmente complicado (se llama juventud) y descubrí que escribir podría ser una válvula de escape. Y así empecé a componer mis primeros versos, al principio más íntimos, pero poco a poco descubrí que la poesía también me podría ayudar a describir el mundo, o al menos el mundo visto desde mi óptica.
Los poemas que se incluyen en el libro tiene mucho audacia, de libertad en la forma y de transparencia en los sentimientos. Sorprende que correspondan al periodo en el que una persona comience a escribir poesía. ¿Tuviste un periodo de aprendizaje previo a estos poemas? ¿Tal vez tienes muchos otros poemas de aquella época y has hecho una selección para el libro?
Como comentaba antes, aunque había hecho incursiones en la prosa y también en la rima, los poemas recogidos en Las Vueltas son mi primer encuentro con la poesía de una manera, digamos, más seria.
Inicialmente, para el poemario se recogieron todos los poemas del periodo 1997-2003, aunque, como es habitual, durante el proceso de edición se decidió excluir algunos. Aún así este poemario representa la mayoría de los poemas de aquella época.
Disto mucho de ser un experto en poesía, ni tan siquiera soy un lector habitual de este género, pero me ha llamado mucho la atención lo libre de las estructuras utilizadas, que sin embargo siempre conservan la lírica poética. Pues cuando he leído otros autores sobre que se resalta su libertad, resultaba en ocasiones difícil ver una coherencia poética en sus textos… ¿Qué poetas eran para ti una referencia en aquellos años? ¿Lograr ese equilibrio entre libertad y alma poética fue algo buscado o hallado sin más?
Por una parte estaban los poetas “de verdad”, pero por otra parte estaba el rock. El rock, en todas sus vertientes, tiene artistas que son de alguna u otra forma a su vez poetas.
Para empezar habría que agradecer a Roberto Iniesta el volver a reclamar la poesía, aunque en su caso fuera una poesía áspera, para el rock en español. Aún recuerdo el impacto al escuchar por primera vez aquello de “qué importa ser poeta o ser basura”, cuando Extremoduro eran aún una banda de culto.
Por otra parte es un secreto a voces que Rosendo Mercado juega con la sonoridad de las palabras como nadie.
Por último dar las gracias a Albert Pla por habernos descubierto a José María Fonollosa.
Respecto al estilo, puesto que los poemas nunca fueron escritos para ser publicados, nacieron libres de corsés métricos y de ataduras estilísticas. Como canta Yosi (otra de mis referencias líricas): “Lo que ves es lo que soy”.
En los textos desnudas tus sentimientos de manera muy cruda. Seguramente gente próxima a ti, sabrá describir referencias concretas a situaciones y a personas… ¿Tuviste algún reparo al incluir alguno de los textos? ¿Alguien cercano te ha señalado, incluso reprochado, alguno de los poemas?
Tienes razón, para gente muy cercana alguno de los poemas tendrán un cierto rostro, pero en general están escritos de manera abierta, accesibles a todo el mundo.
Hay una persona en concreto que centra una buena parte de la sección central del poemario, pero fíjate que esa sección se llama La Locura. Esa locura se puede ver con más calma desde la distancia. Así que no, nadie me ha reprochado hasta ahora nada.
En el libro la influencia musical está muy presente. No se puede pasar por alto que has formado parte de varios grupos musicales y has tenido épocas con una actividad como periodista musical muy notable. ¿La música, y los textos de canciones de rock u otros géneros, tuvieron una influencia directa en tu estilo de escritura en esos poemas?
Sí, totalmente. El subtítulo “Poemario Rock” tiene su razón de ser. En aquel periodo la música era parte consubstancial a mi vida y como tantos otros jóvenes yo escuchaba música a todas horas.
Además, hay una buena parte de los poemas que fueron directamente concebidos escuchando música o con una melodía en mi cabeza.
Como consecuencia, creo que la lectura puede llevarse a otro nivel si se hace mientras se escuchan los temas que han inspirado esos poemas.
Al final de esta entrevista os dejo la lista de canciones y el enlace a la lista de Spotify. Como veréis hay de todo, pero si te gustan algunas de esas canciones creo que podrás disfrutar doblemente de Las Vueltas.
Han pasado 13 años desde el final del periodo que abarca el libro. En estos años has vivido en varios países, has hecho innumerables viajes y has tenido que vivir experiencias alucinantes… ¿Has seguido escribiendo poemas?
He seguido escribiendo poemas, aunque al ritmo que me dicta el corazón, que es un ritmo bastante pausado, pues yo solamente escribo cuando siento punzadas en el pecho. Es algo que no puedo forzar. Además, ha habido un periodo de sequía de cuatro años en el que, por circunstancias personales, no escribí absolutamente nada.
De hecho, hubo un tiempo en que me angustió este escaso caudal creativo, pero he aprendido a vivir con él.
¿Cómo ha evolucionado tu estilo al escribir poesía en estos años?
Es difícil responder objetivamente a esa pregunta.
A mi parecer, aunque pasan los años, la voz interior puede haber cambiado de discurso, pero no ha cambiado mucho el timbre, por lo tanto el estilo sigue siendo de alguna manera similar. Salvando las enormes distancias, sería comparable a una especie de AC/DC o Rosendo, que siguen componiendo temas con el paso de los años pero sin cambiar su identidad.
Lo que sí he notado ha sido un cambio en la temática. Si los primeros años en las antípodas la temática fue mayoritariamente una revisión de una juventud que yo sentía que me había abandonado antes de tiempo, tras el periodo de pausa mi mirada se posa más en el presente o incluso en el futuro. ¿Es eso madurar? ¡Qué se yo!
Y todos estos nuevos textos… ¿Se han ido publicando en algún sitio? ¿Tienes pensado publicar un nuevo libro con parte de ellos?
No, los textos nuevos siempre han estado en un directorio en mi ordenador, junto a los antiguos. Supongo que en algún momento verán la luz, cuando haya un número suficiente de buenos poemas que ofrecer.
Pero no hay prisa. Parafraseando a Rosendo: midiendo mi marchita y al tran tran…
En su momento formaste parte de dos grupos de rock, Ras Con Ras y Containers, y de un dúo inclasificable, Los Nervioss. ¿Has tenido algún proyecto musical en todos estos años?
No, el cambio de hemisferio trajo muchos otros cambios. Digamos que el cambio geográfico también afectó mi relación con las artes, así que cambié la guitarra por la cámara de fotos.
Recuerdo haber leído hace años un fanzine con relatos tuyos. ¿Has vuelto a practicar la narrativa?
No, para nada. La narrativa, incluso relatos cortos, es algo que siempre me ha infundido mucho respeto. Admiro tremendamente no ya a los novelistas, sino a los buenos autores de relatos, aquellos capaces de abrir una pequeña ventana al mundo, dejarte mirar un poco y cerrarla de tal manera que no puedas olvidar lo visto.
Un par de años antes del periodo de poesías que recoge el libro comenzaste tu relación con La Factoría del Ritmo, proyecto en el que participaste muy activamente durante varios años, hasta que la vida te fue llevando por otros derroteros, aunque sigues vinculado a ella con colaboraciones esporádicas. ¿Qué has sido para ti lo mejor de formar parte de La Factoría del Ritmo? ¿Te ha servido esa experiencia de alguna manera para afrontar otras aventuras culturales posteriores?
Formar parte La Factoría del Ritmo ha sido una de las mejores experiencias personales, culturales e incluso tecnológicas de mi vida. La Factoría del Ritmo me permitió pasar a la acción cultural y me enseñó en primera persona el valor del “do it yourself”. Al principio todo era un reto: desde conseguir acreditaciones para los conciertos hasta crear el código de las páginas web, ¡pero lo hicimos, señor F-MHop, y antes que nadie en España!
Recientemente has fundado junto a otro escritor, Fernando Llorente Haya, la editorial independiente Alas Ediciones. ¿Qué nos puedes contar de este proyecto y de sus objetivos?
Hace un par de años cayó en nuestras manos Trento, la primera novela de Gabriel Esmero. Nos encantó, pero pensamos que era de difícil publicación por razones temáticas y estilísticas, así que decidimos ponernos manos a la obra, y volver hacer uso del “do it yourself”. Así nació Alas Ediciones.
Su objetivo es dar a conocer a autores que han estado siempre al margen del mundillo editorial, haciendo cosas por su cuenta por el más puro amor al arte. Creemos que hay mucha gente ahí fuera, sobre todo de lo que nosotros llamamos “Generación E.G.B.” que lleva muchos años creando al margen de corrientes y modas, guiados por su propia razón cultural.
Hemos publicado la mencionada Trento, y también mi poemario rock Las Vueltas y estamos preparando la siguiente novela del catálogo: Gente de Paso, de A. P. Bolívar, una novela que sorprenderá por su madurez y su manera de afrontar parte de la historia reciente de este país.
Y es que ya puestos a editar queremos dar voz a literatura valiente, que duela o incomode si hace falta.
¿Cuáles son tus próximos proyectos artísticos o culturales?
En estos momentos estoy empezando la labor de edición de lo que será el primer libro de relatos de Alas Ediciones.
Además sigo escuchando música casi a diario en espera de esa punzada que pueda surgir detrás de una canción de Piperrak o de Waterboys (por poner un ejemplo de los dos últimos grupos que me han inspirado). Eso es lo maravillosamente intrigante. Nunca sabes cuándo va a ser el momento en que se disparará el resorte.
¿Qué acogida está teniendo Las Vueltas?
Pues la verdad es que estoy gratamente sorprendido con la recepción que está teniendo, sobre todo entre la gente que no lee habitualmente poesía. En ese sentido se afianza el componente rock del poemario. Al igual que Leño, este poemario también podría haberle cantado a los colores de tus ojos, pero prefiere comunicación.
¿Te gustaría añadir algo más para nuestros lectores?
Poesía y rock siempre han viajado juntos. Por la marcha que nos dio, larga vida al rock and roll… ¡y a la poesía que lo inspiró!
Aquí tenéis una pequeña muestra del poemario, para que os hagáis una idea:
https://issuu.com/alasediciones/docs/las_vueltas_-_felix_vera
El libro está disponible en:
http://www.alasediciones.com/pagina_lasvueltas
La banda sonora:
Asfalto – Más que una intención
Franco Battiato – A la memoria de Giulia
Zbigniew Preisner – Song for the unification of
Europe: Julie’s version
Jimi Hendrix – All along the watchtower
Los Suaves – Por una vez en la vida
Parabellum – La locura
Nervioss – Adiós era la palabra perfecta
Metallica – Welcome home
Kepa Junkera – Sodade
Manu Chao – Minha galera
Triana – Abre la puerta
Paco Ibáñez – Sé todos los cuentos
AC/DC – Overdose
Jethro Tull – Thick as a brick
Los Suaves – Y parece que aún fue ayer
W.A.S.P. – The real me
W.A.S.P. – Forever free
Lista en Spotify:
https://open.spotify.com/user/ffelixvvera/playlist/3yqihPQCiiFxArNx2rwvlw
Enlaces de interés:
Web oficial de Alas Ediciones Twitter oficial de Alas Ediciones Facebook oficial de Alas Ediciones
Este artículo fue publicado originalmente en La Factoría del Ritmo Número 25 (sección: Entrevistas).
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