La verdad es que por el título de disco me esperaba a unos old schoolers fanáticos tocando a toda ostia, cagándose en la madre de Tony Brummel y rememorando los buenos tiempos de Minor Threat, State Of Alert y demás, así que cual no sería mi sorpresa al encontrarme con seis temas de pesado y disonante Metal masivo.
Superado el choque inicial me sumergí en sucesivas escuchas que me permitieran sacar alguna conclusión sobre la banda, pero una vez que pasé de la veinte desistí del empeño. Francamente, me resulta imposible meterme en la música del cuarteto. Y no es que el grupo suene mal o le falte fuerza, pero es que por más que lo escucho no recibo ni la más mínima impresión de estas canciones. Bueno, no es exactamente eso, pues la impresión que saco del grupo es (siendo objetivo) buena, pero paso por las canciones sin llegar a quedarme con ninguna de ellas.
Para que os hagáis una idea de a qué suena la banda os diré que mezclan bastantes cosas, desde el más puro estilo chugga chugga a partes con claras tendencias Korn o Deftones, pasando por acordes cuasi-grunges, partes con algo de velocidad, fragmentos atmosféricos… variedad no le falta al asunto, y puede que de ahí venga mi imposibilidad para conectar con ellos, puesto que toda esa mezcla de tendencias no les hace sonar variados a mis oídos, sino más bien dispersos, y me sugiere que quizás no tienen las cosas todo lo claras que debieran.
Ahora que releo las líneas que llevo escritas creo que me está quedando un comentario bastante negativo cuando no era esa la impresión que quería dar, y lo lamento si sacáis esa impresión (posiblemente errónea) sobre Materia. El grupo suena bien y hay temas potentes, lo que pasa es que simplemente no me llegan. Sin duda tienen su público ahí fuera, pues calidad y potencial comercial no les falta, así que si tienes todos los discos de Jonathan Davis y sus compinches aquí hay producto nacional en la misma onda y de calidad.
Comentario: Jorge X
(Fecha del artículo: 15/3/2001)
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