Muse: Absolution 2003

Muse: Absolution 2003
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   Muse, grupo inglés que se consagra con este tercer disco “Absolution”, tras sus dos anteriores, “Showbiz”(1999) y “The origin of simetry”(2001).

Estos chicos tienen la rara habilidad de no dejar indiferente a nadie; o les amas o les odias. Quizás en esto tenga mucho que ver el histrionismo lírico característico de su cantante, compositor, multiinstrumentista y en definitiva alma mater, Mathew Bellamy. Siempre se les ha comparado con Radiohead, aunque a mi parecer, hay bastante terreno de por medio entre ellos, lo único que quizás les une de manera evidente, es esa forma de cantar de Mathew y Thom Yorke, que mana directamente del inalcanzable Jeff Buckley. Sin embargo Bellamy exagera su entonación de forma que resulta casi operística (a veces parece un castratti), convirtiéndose de esa manera, en una marcada seña de identidad del grupo, que encanta a los seguidores de la banda y exaspera a sus detractores.

   En este disco, se conjuga la contundencia de su debut, con la marcada tendencia barroca y dramática presente, a veces en exceso, en su segundo trabajo. Todo esto lo mezclan hábilmente con una muy cuidada evolución sonora, donde las orquestaciones, los momentos duros y los toques electrónicos, operísticos o incluso clásicos, ocupan su lugar con naturalidad. Desde luego han sabido cimentar de manera perfecta su carrera, a la par que ha abierto puertas que le permiten no estancarse en su, parece que buscada, carrera por encontrar nuevas formulas sonoras.

   Entrando de lleno ya en el disco en cuestión, lo primero que descubrimos es que la disposición de sus temas te lleva, en su escucha, a una montaña rusa llena de subidas y bajadas, con una estructura que recuerda vagamente a una opera-rock con intro, interludio y final. Esto no es de extrañar teniendo en cuenta la pasión de Bellamy por la música clásica, en especial de finales del XIX, principios del XX, tan presente en las orquestaciones, pianos e incluso riffs guitarreros ( su segundo disco es todo un ejemplo de esto) que utiliza al componer. Una evidencia de esto es la canción “Butterflies and Hurricanes” (con una estructura interna muy similar a la que posee el disco en su conjunto), o la preciosa y conmovedora “Sing for Absolution”. Al parecer el disco en su inicio, fue concebido como un disco experimental con una gran orquesta, incluso se llego a grabar algún tema con 32 instrumentos diferentes, sin embargo, la guerra de Irak y la conflictiva situación mundial, tan presentes en la época de grabación del disco, dieron lugar al resultado final, donde estas circunstancias se ven reflejadas indirectamente(o algunas veces no tan indirectamente) en las afectadas y confusas letras de Mathew Bellamy. “Thoughts of a dying Atheist” o “Time is running out” (me encanta el video), son una prueba de ello.

   Sin embargo todo esto, no evita que halla temas 100% Muse, auténticos trallazos sonoros con vocación de single imperecedero que se te clavan en el cerebro con precisión milimétrica. Este es el caso del primer single “Time is running out” (supongo que ya escuchado por todos), o el poderoso riff metalero de “Stockholm Syndrome” (muchas bandas de metal soñarían con tener un riff como los que abren y cierran la canción),o ”Hysteria” ,tremebunda canción donde se pone de manifiesto que la banda no solo cabalga a lomos de Mathew Bellamy, sino que tiene dos escuderos de lujo , que responden al nombre de Chris Wolstenhome(bajo) y Dom Howard (bateria), capaces de recrear pasajes que no tienen nada que envidiar a grupos con poderosas bases rítmicas como Rage against the machine o Mars volta (recordemos que el productor de este disco es Rich Costey, el cuál ha trabajado con los 2 grupos mencionados anteriormente), o “T.S.P “(¡¡Como les suena el palm muting a estos chicos!!)

   Tenemos también preciosas canciones como la ya mencionada “Sing for Absolution” (me pone los pelos de punta cada vez que cantan esa frase),”Falling away whit you“(Bellamy me llega a recordar Freddie Mercury), “Blackout” (maravilla envuelta en una increíble orquestación) o la lírica en forma de canción que cierra el disco, “Ruled by secrecy”.

   Por medio se quedan canciones como la placebiana “Thougts of a Dying Atheist”, la experimental-medio electrónica (y no tan brillante) “Endlessly” o la canción que abre el disco, tras la pertinente intro, la apocalíptica (nunca mejor dicho) “Apocalypse dudes”.

  Sin duda alguna, Muse ha aprobado la revalida con nota muy alta, con uno de esos discos que mejoran con la escucha y se acaban haciendo imprescindibles en tu vida. Y tengo la sensación de que lo mejor esta por venir……¿Qué no me creéis?……………….al tiempo…..

 

Comentario: Pier Vynil
(Fecha de publicación: 20/11/2003)

Este artículo fue publicado originalmente en La Factoría del Ritmo (sección: ).

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