Un festival muy atractivo para los amantes del rock, que sin embargo sufrió una reducida promoción. Aunque lo importante, la música, funcionó.
Hacía tiempo que la gran atracción de la noche, los míticos Barón Rojo, no nos visitaban y gracias a la longeva promotora malacitana Espectáculos Mundo, pudimos de nuevo disfrutar del arte y el saber estar de la banda madrileña, tanto fuera como dentro del escenario. Nos podemos sentir afortunados de esta visita, porque los hermanos De Castro, andan muy atareados en la confección de un nuevo disco y preparando con creces la puesta en escena en el festival internacional Metalway de Zaragoza, junto a sus antiguos compañeros Sherpa y Hermes. Cuya noticia ya rendimos cuenta en La Factoría del Ritmo en su día.
El festival que ya ha acogido en años anteriores a cabezas de cartel de la talla de Barricada o Marea, este año traía además de Barón Rojo, el aliciente de presentar en la provincia a otros paisanos suyos, Sonora, que con su mezcla explosiva de hardcore melódico y música electrónica, puso la nota exótica a la noche. El proyecto del guitarra Kosta y del batería Grass, ambos miembros de la banda punk Boikot, junto al aliciente de ver en acción al otrora bajista de Dover, Álvaro Gómez y la propuesta original de Dj Jabba, eran motivos más que suficientes para atraer a un público heterogéneo. La propuesta de metal con tintes progresivos de los mijeños Tyr siempre se agradece, que por ciertos tocarían a lo largo de la noche algún adelanto de su nuevo álbum. Y como no, hubo lugar para la rabiosa propuesta de rock urbano de toda la vida de la mano del grupo local 29seis70. Como curiosidad, comentar para los foráneos, que su nombre tiene el origen en el código postal de la pedanía marbellí.
29seis70 arrancó practicando un rock & roll urbano muy rabioso que animó al personal que se acercó al recinto situado en la zona del polígono industrial de San Pedro. Terminaron haciendo versiones como “Vicio” de Reincidentes, una adaptación al castellano de Ramones de “Blitzkrieg bop” o “En blanco y negro” de Barricada para ir cerrando su show. A continuación, se hicieron los preparativos pertinentes para que saltaran Tyr. Una banda que se ha hecho de unas tablas y un prestigio indiscutibles, dentro del panorama heavy. Abrieron con uno de los temas más emblemáticos del grupo, “Medieval” y terminaron homenajeando al rock andaluz, haciendo sendas versiones de “El lago” de Triana y “Paseando por la mezquita” de Medina Azahara, ambas llevadas sabiamente a su terreno. Cuando llegó el momento de Sonora, estaba todo dispuesto para que su show ganara los enteros necesarios e hicieran vibrar a un público, que sin lugar a dudas, en su mayoría habían ido a disfrutar de Barón Rojo, con lo cual, tuvieron el hándicap y el mérito de ganárselo a base del buen hacer en directo. Un buen hacer que tiene su origen seguramente en la buenísima compenetración y experiencia de sus integrantes, con la “mex-metalera” Lou Garx al frente, ejerciendo de showman. Lou fue la chica que puso voz en su día a la banda de los noventa Algo Salvaje y cuyos orígenes personales se remontan a vivencias punks en los ochenta y diversos proyectos de metal en Estados Unidos y Japón. Sobra cualquier carta de presentación o explicación, de porqué el torbellino felino sobre el escenario de la carpa, esa misma noche, no dejó a nadie impasible. Además de temas con muchos matices y ambientes diversos, con candencias y melodías que funden muchísimos estilos, desde el punk a la electrónica, se atrevieron a hacer una personalísima “Stayin’ alive” de Bee Gees, que sólo ellos podrían haberse currado frente a un público eminentemente heavy, frente al mental extremo que practican. Una pasada de proyecto, que esperemos den los frutos necesarios que estos pedazos de músicos se merecen.
Barón Rojo saltó al escenario con majestuosidad y contundencia, como ellos saben montárselo desde hace años. Con Rafa Díaz a la batería y Gorka Alegre al bajo, han logrado asentarse por fin, con respecto a los últimos movidos tiempos. Es una base rítmica muy conjuntada y que mantiene el tempo y las dosis de energías necesarias para llevar en volandas a las guitarras y voces de los hermanos De Castro. Que supongo se sentirán bastante arropados en este sentido. Para la ocasión eligieron un set-list muy variado, haciendo repaso de multitud de discos de la banda. Y es que no en vano, después de estar cerca de 30 años en la carretera, múltiples giras, algunas internacionalmente celebradas a día de hoy y decenas de discos, no es para menos. Cayeron en este sentido temas como: “Bajo tierra” de Arma secreta (1997), “Te espero en el infierno” de Desafío (1992) o la versión original de “Herencia letal”, editada en su día únicamente en single en el año 83 y posteriormente remasterizada para el formato digital en el recopilatorio “Larga vida al Barón” (1995). No faltó el repaso a temas emblemáticos de la banda de sus discos “Larga vida al rock & roll” (1981), “Volumen brutal” (1982), “Metalmorfosis” (1983) o “En un lugar de la marcha” (1985), con temas super-vigentes y cañeros como “Anda suelto Satanás”, “Resistiré”, “Se escapa el tiempo” o “Breakthoven”. Temas de ayer y de hoy que hicieron vibrar a sus incondicionales fans, aproximadamente medio millar reunidos entorno a su banda de toda la vida.
Por desgracia, lo único que deslució un poco el evento, que no la actuación de ninguna de las bandas participantes en el mismo, fue el escaso público con respecto al aforo y público potencial que se hubiera esperado esa noche. Y es que apenas fue anunciado el concierto y en plena víspera de comenzar la Semana Santa, se hacía muy arriesgado acometer un festival así y más en estas condiciones de escasa o nula promoción. Lo importante, es que tanto el ayuntamiento marbellí, como la promotora supieron al menos poner los medios suficientes, como para llevar al mejor término, a lo que podría haber sido en otra época un desastre. Pero los tiempos cambian para mejor en casi todos los aspectos y nos congratula poder afirmar esto positivamente. Esperemos que la próxima vez que se promueva una iniciativa tan atrayente, como la de San Pedro Rock, se pongan los medios pertinentes para que todos los fans de la provincia o ciudades cercanas se acerquen a una jornada rockera que seguramente si se celebrase en otras regiones, se valoraría al alza. Nada más me queda que agradecer a la organización y artistas por las facilidades ofrecidas para realizar lo mejor posible este reportaje y los compañeros de los medios “Leyendas del Rock” de Granada y Juan Carlos Laguna, mi inseparable amigo y hermano del rock & roll.
Sobre los autores del artículo:
