Sergi G. Oset: El último vuelo del Microraptor

Sergi G. Oset: El último vuelo del Microraptor
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“Viaje con nosotros si quiere volar, viaje con nosotros a mil y un lugar…y disfrute de las hermosas historias que le vamos a contar”. La Orquesta Mondragón

1.-“Volare”.

Vamos a emprender el vuelo con un bicho especial, casi arcano, prehistórico más bien, de la mano del amigo y escritor Sergi G. Oset. Os podéis poner los cinturones, o no, pero lo que este tío nos va a narrar en la extensión osada, valiente y difícil, todo un reto, del microrrelato, es magia.

2.-Mi amigo y sin embargo escritor.

Sergi G. Oset, es poeta, microrrelatista, músico en sus tiempos, cuarentón, cervecero como yo, y un gran narrador. Nos conocimos hace algunos años, la amistad se ha refortalecido y la admiración es una reciprocidad en esto de la microliteratura, aunque también escribo relato y novela y él también.
Sergi, me hizo algunas fotos en un bar de mi barrio, en el que ya he vivido en dos pisos compartidos y pronto viviré en un 3º, cuando le dediqué mi libro de micros Venidos del Miedo. Hemos seguido coincidiendo, bebiendo cerveza, participando en actividades comunes, asistiendo a presentaciones en las que nos vemos, y me invitó el año pasado a que hiciera una pequeña pieza con micros de terror, horror y miedo, como los de mi nuevo espectáculo Chupitos de Sangre, con el que estoy de gira por España, en los vermuts literarios que organizó en la Mircat, dentro de la Mircon en la Hispacon de 2014. Y me pagaron….

A partir de todos estos momentos coincidimos más y hablamos lo que se tercie, pero eso es privado.

3.-El libro.

Portada y contraportada, con animalillo confeccionado con letras, en blanco y negro, obra de Aitor Garat. La fotografía de la solapa de cortesía es de Nuria Claverol i Catalá, una colega que algo tiene que ver con el autor. Lo publica la Editorial Nazarí, con ISBN 978-84-943947-1, y el DL de Granada y contiene un índice al principio, dedicatoria, citas, texto titulado Breve Catálogo del Caos, por David Roas, prólogo del Sergi, 9 secciones de micros, 197 páginas, con agradecimientos, entre los que tengo el privilegio y honor de ser incluido.

4.-El autor (Bio y obras, fusilo lo que aparece en la web de la editorial).

“Sergi G. Oset (Barcelona, 1972) fundamenta su producción literaria (mayormente en su lengua vehicular, el catalán), en el microrrelato, el hiperbreve y la minificción, aunque también gusta del relato breve, el cuento infantil y la poesía.

A partir del año 2009 empieza a sumergirse de lleno en la escritura y a publicar sus primeros relatos en el blog de creación literaria «La meva perdició» y en la página de «Relats en Català». Desde entonces, algunos de sus textos han sido galardonados en distintos certámenes y premios y han aparecido en una treintena de libros conjuntos de relatos y de microrrelatos, en antologías poéticas, revistas y periódicos.

Como activista literario, ha formado parte de la junta y órgano de presidencia del ARC (Associació de Relataires en Català) y es colaborador habitual en las «TerCat» (Tertulias Catalanas de Ciencia-Ficción y Fantasía), del colectivo «Reducte Alienat» para la difusión del género fantástico, y del colectivo «Papers de Vidre».
En el año 2012, publica sus dos primeras obras: Paràsits mentals, colección de microrrelatos, y Alfa y Omega, novela breve de temática zombi editada en catalán, castellano e inglés.”

5.- Preliminares en el vuelo.

Una entrañable dedicatoria de entraña, breve, más que suficiente, dos citas, en plena convulsión, acertadas, misteriosas y sugerentes y el texto de Roas Breve Catálogo del Caos, del escritor David Roas, escrito en 2014. Un catálogo que es un decálogo, un elogio al mcirorrelato, y al libro, así como a Sergi, partiendo de The Ramones, banda de punk y punkrock, como síntesis del sonido, pues síntesis es el micro. Un elogio sincero que nos cuenta y apuesta por el autor, en el que debate sobre la necesidad que pienso que es este libro, sobre voz y registro, y las 9 secciones, con las preferencias de Roas entorno a lo aforístico en una de ellas y dándonos a conocer la excelencia al citar un micro.

David Roas, repasa y no nos confunde y nos hace una advertencia que ¿hay que saltarse?

6.-El autor habla.

Sergi escribe un prólogo con una oratoria punzante, a la par que plácido, una fusión de melancolía, a su vez, en la voz, con tonos escondidos. Es en todo momento directo, conciso, proverbial en la técnica, con juegos de simetrías, precisiones intimistas, señaladas en la página 25 y deslizando mortajas para adentrarnos en el fantástico retándonos a leerle, ¿te atreves? Bueno, a continuación te enfrentas a la narración “El Final de una Era”, en la que no hay obsequios y Sergi nos plasma una estampa, entre onírica y apocalíptica de lo que puede ser la faena de los verdugos de la vida de los libros.

7.-Primeras secciones.

En la página 29 nos damos de narices con Microhuevos revueltos. Una suerte de piezas deslizadas con sutilidad con varias opciones entre un menú a la carta estremecedor (p-31-), alguna advertencia cruda, guiños varios, una joya excepcional como es el Perfeccionista (p-34-), navajazos del rol y un excelente desafío en El Nacimiento (Diatópico) de Una Nación.

Sergi desenfunda veloz, sin concesiones, una serie de brumas y pesadillas que parecen traviesas, a veces conceptuales, o una carambola con Augusto Monterroso, o algunas fealdades que dan de una tacada un micro como es Paso Definitivo (p-42-) para seguir volando canallesco hasta Descuido Fatal donde quedas tocado y hundido (p-46), sucediéndose apuestas literarias con esa velocidad e impacto señaladas por Roa, las cuales tienen en la segunda sección algunos impuestos a pagar como su título Micropeajes señala.

Micropeajes, se inicia con uno de mis favoritos, cuyo título es Orwell (Juguetes Rotos), en la página 53. El autor no nos concede respiro y el Microraptor planea, entre elogios, fábulas, Baudelaire, no os cuento más para no hacer spoilers, alguna distopía, un nuevo Monterroso, delicia exquisita, o una Greguería del Telediario que podría ser ¿un aforismo del genocidio? (P-58-).

Es esta segunda sección un pulso filosófico donde no se permite ningún traspiés y hay que estar al quite porque la habilidad se derrocha y las piezas nos llevan hasta una mística del exterminio social y humano con Los Dados Cargados y Pelotas Fuera (pps-64-65), sin olvidar requiebros a la justicia y alguna que otra patada directa al sexo de los verdugos con algún tumulto dikensiano (p-69).

8.-Max Aub en escena.

Ya podemos tutearnos en la lectura, pero no durante mucho tiempo. La tercera entrega nos saluda en las narices con una deconstrucción cuyo título se declara indomable: Microcrímenes Maxauberianos. El autor se lo pasa en grande, se divierte.

Y el aliento se encoge con una serie de narraciones en las que el terror ya amanece risueño, suspicaz, con savia de acidez, mordaz, sin ser tendencioso, alojado en el morbo, capturando nuestra respiración, como en Sensibilizado (p-78-), sin austeridad, con dudas y buenos finales como el que se teje en Clases de Canto (p-82-), o el ritmo excelente del que le sigue cuyo título es Pisar El Acelerador y un strake, otro de mis favoritos, en Por Debajo de la Convención  Ginebra (p-85-) y el sarcasmo inmanente de la próxima pieza con la que se cierra la sección.

9.-Y ya estamos en la cuarta estocada.

Tonos románticos que son una jauría de estupefacientes (Microlibro del Amor y de la Guerra).

En esta tanda tienen cabida, sin abandonar la mala leche, je,je,je, Derrotas (p-89-), con una perspectiva dual, tal vez claudicaciones rancias, pulsos al azar, alguna mutilación y hasta Sexo Rápido (p-93-). Hay desmanes y alguien se desmelena, de eso se trata en eso del amor, también rencores, o no, y cosas del querer apostadas como balazos.
Las narraciones fluyen y el ave voladora esta vez nos roza, pues vuela raso, con un selfie y ligeros Temblores, o más bien magulladuras (p-106-).

10.- Con Aleteos comienza la quinta sección tras una parrafada de título…

Unos aleteos que son migrañas encorajadas, o la excelencia del microrrelato en Liberación (p-111-), con el registro de varias frases contándonos algo cada una de ellas. Y eso es la capacidad de síntesis, pulida la palabra a destajo.

Aletean referencias clásicas en lo que es la entraña del escritor y el escribir, sátiras entorno al pulp son bienvenidas y cierto suquillo se nos pone chulo en Tuétano (p-120-). Hay circunstancias, egos y tropezones del literato, y hachazos rubricados con sorna, Sergi no perdona, ni os persona, ni se perdona, de la página 124 a la 127. Agrias postales en las que el terror se depura en el oficio de escribir. Y es que de la aguja del autor nadie se escapa, del bisturí con el que interviene en la fantasía, la imaginación, o la realidad.

11.-Técnicas.

Hay que hablar de orfebrerías diversas en la construcción de los micros de Sergi. No falta un sujeto, verbo y predicado, historias de una sola frase, construcciones gramaticales severas, o las que parecen sencillas, varios puntos y seguidos (.) creando un micro en que en cada frase se cuenta algo. Micros más extensos, de una tacada, con giros desde el inicio y descargas eléctricas como en:

12.-Micromonstruos ejemplares.

Sección iniciada con evocadora ironía para adquirir un compromiso ladino con un tal Pedro y un tal Henry, o los retoños de las páginas 136 a la 139 entre dos hombres lobos de habilidades desmejoradas. La cosa sigue sugiriendo averías tecnológicas, o no, unos monstruos a buen recaudo y una llamada en The Ring de ásperas consecuencias. Sección de variedades conceptuales en algunos personajes y una recreación vampírica con una observación que no deja de ser un dilema sin abandonar versiones a salto de mata que buscan ir más allá del impacto.

13.- ¡CAMARERO!: Una ronda de zombis, o una tapa.

El menú de muertos vivientes se sirve de la página 155 a la 178. Una extensa virtuosidad para todos los gustos con un sugerente título al cual se le suma el humor negro mórbido marca Oset: Los Z Comen (Y Muerden) Aparte.

La verdad es que es todo un estudio de conductas y variedades de especimenes desde la fonología y fonética de los bichos, la buena o mala suerte, tonos clásicos, amores, despistes e ironías, geometrías y algún planeta, dos piezas magistrales como Instagram de verano, que me ha inspirado a mi un micro estrenado hace unos días, o Por La Culata.

El tapeo es un juego mordaz a base de dentelladas y mordiscos en microfrases, lo que demuestra un control magistral del lenguaje y la extensión, con requiebros tentadores, y geniales, como el titulado El Día que la Epidemia Mató a la Estrella de la Radio, sin olvidar orígenes, burlas sin perdón, o el estremecedor Abaratar Costes, rematando la faena con una ecuación de varios grados.

14.- Surfeando entre la muerte.

Olas gigantes, o más pequeñas amamantan ahora El Vuelo del Microraptor con un título fúnebre: Las Micromuertes, el cual yo subtitularía, me he permitido la licencia: Duelo a muerte con la Parca.

El surfeo no te da respiro. Vas desde una cita decidida, a momentos de crueldades, o una ola que es eternidad de angustias. La muerte se hace un nombre y rescata algunas pasiones eméritas del ego, la brutal realidad, y dos micros severos.

Microbios y bacterías, cierran un libro exquisito donde la adulta voz y experiencia del autor, Segi G. Oset, no allana el camino sino que te enseña a leer y lo que es el buen escribir y la magia de las microhistorias. Si buscas leer algo fácil este no es tu libro, si buscas aprender, sentir, vivir al leer, ya tardas en comprártelo.

Saludos, abrazos y cervezas, Julián Sánchez Caramazana

Barcelona, 06-12-2015
 

Este artículo fue publicado originalmente en La Factoría del Ritmo (sección: ).

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