The Deadly Dozen: Kevlar

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Plano general: una mesa repleta de papeles ante la que está sentado un hombre de unos veinticinco años con una sonrisa de oreja a  oreja.

Los altavoces emiten las última notas de un CD cuya caja descansa sobre la mesa, una sencilla funda de cartón marrón decorada por la imagen de un saturno teja. El disco termina y vuelve a comenzar. Gran invento la reproducción continua. Suena una extraña instrumental de acordes y melodías juguetonas que pronto es substituida por un torrente de guitarras emocionantes, poderosas a la vez que expresivas. El hombre y su sonrisa cada vez parecen más grandes. “Me recuerdan a Aina” piensa “aunque el parecido está más en el fondo que en la forma. Será que comparten gustos comunes. Lo que sí es cierto es que no son la típica banda de Post Hardcore”. Poco a poco va confirmando lo que intuía en escuchas previas: hay algo más que calidad en esos sonidos; hay algo que le toca en la fibra nerviosa. Repentinamente estalla una tormenta de feedback que se prolonga durante tres minutos y amaina de súbito para retornar poco tiempo después en una forma no tan experimental, más definida en estructura, aunque no por ello menos incisiva.  El hombre sigue ahí, y, con él, su sonrisa. “Increíble. Me deja pasmado su capacidad para construir canciones y dotarlas de un entramado tan dinámico y sugerente”. El final se aproxima y, con él, las conclusiones. “Tengo que reconocer que no esperaba algo tan logrado. Pocas veces he encontrado treinta minutos tan aprovechados y llenos de ideas. Se les podría enmarcar dentro del Post Hardcore, aunque la riqueza de las canciones rompe con cualquier intento de categorización, al igual que su concepción de la estructura y el riff. Demasiado inconformistas para meterlos en el saco del Emo, demasiado ruidosos para entrar dentro del Pop, demasiado imprevisibles para decir que hacen Rock…  sea como fuere, no hay duda de que este disco invita a hacerse con el resto de su producción”. La sonrisa del hombre se ensancha aún más, el disco termina y vuelve a comenzar. Un gran invento esto de la reproducción continua. Fundido en negro.

Comentario: Jorge X

Este artículo fue publicado originalmente en La Factoría del Ritmo (sección: ).

Sobre los autores del artículo:

Jorge X
Amante de la música, batería y ex-vocalista en grupos de metal extremo. Sus amplios gustos musicales solo son comparables con sus amplios conocimos de géneros como el jazz, el Hip Hop, el metal o el hardcore.

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